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La fórmula para una feliz Navidad

Ingredientes:

  1. Ansiedad: que se traduce, por ejemplo, en la comida; las grandes comilonas hasta hartarse hacen más mal que bien. Se puede comer de todo en la justa medida, evitando excesos que después conllevan, entre otras cosas, que la cuesta de enero cueste bastante más.
  1. Cansancio: las fiestas, los viajes, las visitas y las grandes comilonas, que se traducen en digestiones pesadas, hacen que durmamos menos y mal, y que la vuelta al trabajo después de las vacaciones, nos resulte mucho más dura.
  1. Estrés: viene la familia a casa, comprar regalos para todos, hacer comidas y cenas…
  1. Depresión: muchas familias, sobre todo los adultos, tienden a recordar a las personas que faltan, por lo que estas felices fiestas se convierten en todo lo contrario.

Modus operandi:

  • Mezclar todo en un mortero, trabajando hasta conseguir un polvo fino, casi invisible.
  • Diluirlo en agua previamente hervida y fría, y filtrar bien, desechando el filtrado con todo lo que puede enturbiar estas fechas.
  • Añadir esencia de la ilusión de un niño y dejar reposar para que se mezcle bien.

Por último, añadir antioxidante, para disfrutarlo todo aún más.

Caducidad: un mes, pero en condiciones óptimas, hasta el próximo año.

Feliz Navidad y feliz año nuevo. 

Un estudio publicado concluye que hay una “Red de Espíritu Navideño” en el cerebro humano que compromete varias áreas corticales. Esta red tendría una activación mayor en personas que celebran la Navidad con asociaciones positivas, en oposición a la gente que no tiene tradición navideña. Son necesarios más estudios para entender esto, y aunque alegres e intrigantes, estos hallazgos deben ser interpretados con cautela.

2 comentarios

Carmen Romero Galvan
28 Diciembre, 2018 a las 7:54 pm
COFM
17 Enero, 2019 a las 9:22 am

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