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Cronofarmacología: ¿cuál es la mejor hora para tomar la medicación?

Cada vez hay más estudios y expertos que están poniendo énfasis en cómo afectan nuestros ritmos biológicos a la respuesta a los medicamentos y cuándo es el mejor momento de tomarlos. Es lo que se conoce como cronofarmacología, una rama de la farmacología que estudia la influencia del tiempo de administración de un medicamento en su actividad y sus efectos en el organismo en relación con los ciclos celulares y ritmos circadianos, es decir, aquellos que se repiten en intervalos regulares de aproximadamente 24 horas, coincidiendo, por ejemplo, con el ciclo sueño-vigilia.

Conocer bien cuándo es la hora más adecuada para tomar un antihipertensivo, y tenerlo en cuenta en un momento de cambio de horarios como es el verano, influirá no solo en la mayor o menor eficacia del tratamiento, sino también en su seguridad al reducir sus efectos adversos. También nos permitirá ser más eficientes y desarrollar las mejores estrategias en la atención de las enfermedades cardiovasculares, la primera causa de muerte en las sociedades desarrolladas.

La farmacéutica Carmen San Román Gutiérrez ha investigado esta última cuestión en su trabajo de fin de grado, analizando el patrón circadiano que siguen los síntomas de estas patologías.

Entre las conclusiones de su revisión de la bibliografía existente hasta 2019, se advierte, en primer lugar, que la ingesta de alimentos a horas inhabituales o la desincronización crónica del ciclo vigilia-sueño pueden ser factores desencadenantes de la obesidad, diabetes e hipertensión arterial.

Evitar, por ejemplo, una ingesta alimentaria mayor por la noche, comer antes de las 15 horas y no interrumpir el ciclo vigilia-sueño de manera crónica son pautas no farmacológicas para prevenir y tratar estos factores asociados a la enfermedad cardiovascular.

Menos conocidos entre la población son los efectos del momento de tomar un medicamento. La administración de dos tratamientos para controlar el peso como Orlistat, en dosis mayores en la comida y la cena, o de Mysimba, en las comidas, podría aumentar la eficacia de estos medicamentos, según apunta esta investigadora.

En el caso de los fármacos reductores del colesterol también es muy recomendable su administración a última hora de la tarde, ya que la síntesis hepática del colesterol se lleva a cabo de forma natural por la noche.

En la diabetes tipo 2, la administración de ISGLT2 a bajas dosis a última hora de la tarde tiene un efecto mayor que a otras horas del día. El aumento de la dosis de repaglinida por la noche podría suponer un mejor control glucémico, ya que la hiperglucemia disminuye al final del día y es superior por la mañana en los diabéticos, por lo que, teniendo en cuenta este hecho, los diabéticos podrían regular la administración de insulina aumentando su eficacia o disminuyendo su toxicidad.

También está comprobado que las cifras de presión arterial son más altas durante el día, con dos picos diurnos (9:00 a.m. y 6:00 p.m.) y más bajas por la noche en la mayoría de las personas, por lo que es de suma importancia saber si es así para administrar antihipertensivos. A excepción del verapamilo de acción retardada, recuerda Carmen San Román, el nifedipino GITS, el imidapril y el nebivolol, administrados a la hora de acostarse, en lugar de al levantarse, reducen en mayor medida la presión arterial nocturna sin perder su eficacia durante las horas de actividad.

Son algunas de las conclusiones de la cronofarmacología de la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial, que revelan la importancia de prestar más atención a nuestro ritmo circadiano, ese reloj interno que gobierna como un metrónomo y adapta el organismo y la mayoría de los órganos (corazón, hígado, riñones, piel, etcétera) a los cambios físicos, mentales y de conducta que siguen el ciclo de 24 horas y que tan estrechamente unido está a procesos naturales como el sueño y la vigilia.

Además de la cronofarmacología cardiovascular, está estudiada la interacción de los medicamentos con genes y procesos regulados por nuestro reloj biológico en otros tratamientos como la úlcera péptica, la rinitis y alergias cutáneas, los procesos reumáticos, las enfermedades neurológicas y psiquiátricas, el asma, la terapia hormonal o anticancerosa.

Seguir, por tanto, la hora marcada por nuestro cuerpo y dedicar más tiempo al cuándo tomar la medicación por parte de prescriptores y dispensadores es una forma eficaz de prevenir enfermedades y de mejorar nuestra salud y calidad de vida.

 

Juan Martínez

Periodista del departamento de Comunicación del COFM

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