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La educación sobre el asma empodera

El Día Mundial del Asma es un evento anual promovido por la Iniciativa Global para el Asma (GINA), cuyo principal objetivo es educar y concienciar a la población acerca de la importancia del control y tratamiento de esta enfermedad.

Este evento se celebró por primera vez el 5 de mayo de 1998 y, desde entonces, se ha convertido en una cita anual que tiene lugar el primer martes de mayo.

Este año se celebra el día 7 de mayo y la Iniciativa Global para el Asma (GINA) ha elegido como lema “La educación sobre el asma empodera”, así que no hay mejor forma de celebrar este día que colaborando para que las personas con asma reciban una educación adecuada encaminada a controlar su enfermedad y aprender a reconocer en qué momento deben buscar ayuda médica.

 

¿Qué es el asma y cuáles son sus principales desencadenantes?

El asma es una enfermedad respiratoria crónica, que afecta a los pulmones y a las vías respiratorias, caracterizada por una inflamación y estrechamiento de los bronquios, debido a una respuesta exagerada a ciertas sustancias o situaciones que llamamos factores desencadenantes.

Los principales factores desencadenantes del asma son:

  • Alérgenos como el polen, los ácaros del polvo, las esporas del moho y la caspa de animales.
  • Sustancias irritantes como el humo del tabaco, la polución, vapores químicos, gases o polvo.
  • Infecciones respiratorias, como un resfriado común.
  • Actividad física cuando la enfermedad no está controlada.
  • Aire frío y seco.
  • Emociones fuertes y estrés.

 

¿Cuáles son los síntomas del asma?

El asma es una enfermedad en la que los síntomas varían mucho de una persona a otra.

Los principales síntomas del asma son:

  • Tos con o sin producción de flema.
  • Pitidos y dificultad al respirar.
  • Dolor o rigidez en el pecho.
  • Respiración anómala, con una expiración que dura el doble de tiempo que la inhalación.
  • Dificultad para dormir.

Los síntomas de emergencia que pueden requerir atención médica son:

  • Dificultad respiratoria extrema, que puede llevar a un ataque de ansiedad.
  • Pulso rápido y sudoración.
  • Confusión y dificultad para hablar durante una crisis.
  • Labios y cara de color azulado.

 

Tratamiento farmacológico del asma

Para que el tratamiento farmacológico del asma sea adecuado es necesario hacer un seguimiento del paciente, ajustando la medicación en función de la gravedad y control de los síntomas.

Nos vamos a encontrar con dos principales estrategias de tratamiento:

  • Tratamiento de mantenimiento: encaminado al control de los síntomas y prevención de la aparición de crisis.

En la mayoría de los casos se utilizan corticoides inhalados, que son medicamentos con acción antiinflamatoria, que disminuyen la inflamación de las vías respiratorias. Pueden ser administrados solos o en combinación con broncodilatadores de acción larga.

  • Tratamiento de rescate: encaminado a aliviar los síntomas rápidamente. En este caso, recurriremos a broncodilatadores de acción corta vía inhalada, cuya finalidad es abrir las vías respiratorias.

En caso de sufrir una crisis grave se pueden utilizar corticosteroides orales.

Existen, además, otros tratamientos que ayudan a controlar la enfermedad en casos concretos:

  • Estabilizadores de los mastocitos: se administran vía inhalatoria, de forma profiláctica, para evitar el asma inducida por ejercicio o por alérgeno.
  • Antagonistas de receptores de leucotrienos: se administran por vía oral y se pueden utilizar para prevenir los síntomas en pacientes con asma persistente.
  • Antihistamínicos e inmunoterapia con vacunas para las alergias: en caso de padecer asma alérgica.
  • Fármacos biológicos: normalmente se administran por vía subcutánea. Son anticuerpos monoclonales dirigidos contra ciertas proteínas implicadas en los mecanismos de inflamación del asma.

Por último cabe mencionar la termoplastia bronquial, que es una técnica endoscópica con la que se consigue reducir el grosor del músculo bronquial y disminuir la hiperreactividad bronquial. Está técnica se reserva para pacientes con asma grave en los que no funciona el tratamiento convencional.

 

El papel del farmacéutico

El abordaje del asma debe incluir un plan de acción en el que no solamente tendremos en cuenta el tratamiento farmacológico, sino también la educación e información de los pacientes. En este escenario el consejo farmacéutico puede desempeñar un papel muy importante. Como profesionales sanitarios que somos, podemos ofrecer las siguientes recomendaciones a nuestros pacientes:

  • Evitar el tabaco.
  • Realizar ejercicio de forma regular ayuda a mejorar la condición cardiovascular y la tolerancia al esfuerzo de los pacientes. Eso sí, evitando siempre hacerlo en el exterior en días de alto nivel de contaminación ambiental.
  • En caso de padecer un asma moderada o grave, es conveniente vacunarse de la gripe y de la neumonía.
  • Medidas higiénicas para reducir los alérgenos:
    • Limpiar el polvo con un paño húmedo y evitar objetos que acumulen polvo como las alfombras.
    • No pasar mucho tiempo al aire libre en días con niveles alto de polen.
    • Ventilar las estancias húmedas y evitar las humedades en casa.
  • Con respecto al tratamiento farmacológico:
    • Debemos lograr una técnica inhalatoria correcta. De lo contrario, la respuesta al tratamiento no será adecuada.
    • Es aconsejable realizar enjuagues bucales después de cada inhalación para evitar que queden restos del medicamento en la boca. De este modo prevenimos efectos secundarios como irritación de garganta, alteración en la voz y aparición de hongos en la boca.
  • Aprender a identificar los síntomas de emergencia.
  • Prestar atención al incremento del uso del inhalador de alivio rápido, ya que evidencia que el asma no está controlada y, por lo tanto, debemos acudir al médico para ajustar el tratamiento.

 

Blanca Aniceto Nieto.

Farmacéutica del Servicio de Información Técnico-Profesional del COFM

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