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Cómo afrontar una ola de frío

Las bajas temperaturas registradas durante el invierno suponen un riesgo para la salud. El frío agrava las enfermedades cardiovasculares, la sintomatología de las enfermedades reumáticas y favorece los resfriados, infecciones bronquiales, gripe, etc.

Cuando hace mucho frío, el cuerpo intenta conservar una temperatura interna elevada para proteger los órganos vitales, lo consigue reduciendo la circulación de sangre del cuerpo, brazos, manos, piernas y pies, de esta manera la piel y los tejidos en estas zonas se enfrían. Denominamos hipotermia a una temperatura corporal peligrosamente baja, por debajo de 35ºC, producida cuando la velocidad a la que el cuerpo pierde calor es superior a la velocidad a la que es capaz de generarlo.

Personas con riesgo de sufrir hipotermia

  • Ancianos: tienen debilitados los mecanismos de defensa frente al frío.
  • Bebés: los sistemas de defensa no están totalmente desarrollados y no tienen una actividad física espontánea suficiente para poder entrar en calor, ni avisar cuando tienen frío.
  • Personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares.
  • Personas que toman determinados medicamentos que, como vasodilatadores, depresores del Sistema Nervioso Central, relajantes musculares y otros.
  • Personas con movilidad reducida, desnutridas, con agotamiento físico o con intoxicación etílica.
  • Personas que trabajan o practican deporte al aire libre en zonas frías.
  • Personas con nivel socioeconómico bajo: normalmente implica ropa de abrigo deficiente, vivienda mal aislada y pobreza energética.

Recomendaciones para prevenir los efectos del frío

  • Buen aislamiento térmico de la vivienda, evitar corrientes de aire y pérdidas de calor. Mantener la casa entre 20 y 22ºC, por la noche sería suficiente 18ºC. Aunque haga frío, conviene ventilar bien la casa, abrir las ventanas 15 minutos por la mañana.
  • Si no se dispone de sistema de calefacción, debemos evitar mantenernos quietos mucho tiempo, la actividad física genera calor.
  • Alimentarse bien. Conviene hacer comidas calientes que aporten la energía necesaria, los hidratos de carbono proporcionarán energía rápidamente. Beber suficientes líquidos aunque no se tenga sed, evitando el consumo de alcohol, ya que aunque inicialmente produce sensación de calor, termina provocando el efecto contrario.
  • Evitar las exposiciones prolongadas al frío y los cambios bruscos de temperatura. La ingle, las axilas, la cabeza, el cuello y los lados del pecho son las zonas que necesitan protección adicional, pues pierden calor con mayor rapidez que otras partes del cuerpo.
  • Salir a pasear en horas que no sean de digestión y cuando la temperatura ambiental sea más suave, con ropa de abrigo, gorro, guantes y calcetines de lana. Varias capas de ropa fina protegen más que una sola gruesa, al formar cámaras de aire aislante entre ellas. La capa externa conviene que sea resistente al viento, la nieve y la lluvia.
  • Respirar por la nariz y no por la boca: el aire se calienta al pasar por las fosas nasales y así disminuye el frío que llega a los pulmones.
  • Evitar el agotamiento físico: el frío supone de por sí una sobrecarga para el corazón.
  • Buscar refugio si comienza a llover o nevar, debemos evitar la humedad.
  • Tener precaución en caso de hielo en las calles, ya que puede ser causante de resbalones y caídas.
  • Si nos quedamos atrapados en el interior de un automóvil inmovilizado por la nieve, se recomienda: señalizar nuestra posición, utilizar mantas o periódicos para envolver el cuerpo, moverse de forma periódica, encender el motor y la calefacción en periodos de al menos diez minutos cada hora, abrir un poco la ventana de vez en cuando para renovar el aire y evitar quedarse dormido, ya que estaríamos más expuestos a la pérdida de calor.

Signos de hipotermia

Inicialmente, puede haber sensación de frío, temblores y escalofríos, dificultad al hablar y sensación de cansancio, somnolencia o confusión.

Más adelante, además, los movimientos se vuelven lentos o torpes, con dificultad para caminar, y los brazos y piernas se mueven de una manera rígida y abrupta. También afecta al ritmo cardiaco, que se hace lento e irregular, y puede haber dificultad para respirar, respiración lenta y poco profunda y desmayo o pérdida del conocimiento.

Medidas a tomar en caso de hipotermia

  • Llevar a la persona a un lugar cálido, quitar las prendas que estén húmedas y envolverla en ropa seca, especialmente alrededor del cuello y la cabeza.
  • Calentar el centro del cuerpo, el cuello, el pecho y las ingles de forma gradual para que el golpe de calor no provoque un daño mayor. Podemos emplear botellas de agua caliente o bolsas térmicas envueltas en toallas. No frotar el cuerpo con las manos para darle calor ya que podemos irritarle la piel.
  • Proporcionarle bebidas tibias, no calientes, para evitar conmocionar al cuerpo con una diferencia considerable en la temperatura.
  • Si la persona está inconsciente o no tiene pulso, se debe realizar la reanimación cardiopulmonar.

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