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Consejos para la administración correcta de los medicamentos (vía nasal e inhalatoria)

Como ya comentamos la semana pasada existen diferentes vías de administración de medicamentos que es importante conocer para poder ayudar a nuestros pacientes en el uso correcto de los medicamentos y que estos sean seguros y eficaces.

¿Qué consejos podemos darle a nuestros pacientes si tienen un medicamento de aplicación por…?

  • Vía nasal: las gotas y los nebulizadores nasales, contienen una solución o suspensión del principio activo que se administra en las fosas nasales para producir un efecto local directamente en la nariz.

En ambos casos, debemos lavarnos las manos antes de su uso, sonarnos para limpiar la nariz de mucosidad y agitar el envase.

Si tenemos un nebulizador nasal a presión (presurizado), efectuaremos una inspiración en posición vertical tapando simultáneamente el orifico nasal contrario al de la aplicación.

Si tenemos un nebulizador nasal no presurizado, además es importante accionar el nebulizador de forma enérgica para liberar adecuadamente el medicamento.

En el caso de las gotas nasales, inclinaremos la cabeza hacia atrás e introduciremos la punta del aerosol no más de 1.5cm y procederemos a su aplicación. Mantendremos la cabeza inclinada hacia atrás de dos a tres minutos y mientras tanto, respiraremos por la boca.

No debemos compartir con nadie el cuentagotas ni el nebulizador. Después de la administración puede ser que notemos el gusto del medicamento, es normal. No tenemos que abusar de la administración de estos productos, debemos consultar a nuestro farmacéutico sobre la frecuencia y duración del tratamiento.

 

  • Vía inhalatoria: esta vía de administración de medicamentos permite depositar el principio activo directamente en las vías respiratorias donde ejerce su efecto. Se necesita menor dosis y es más rápido que si se toma por vía oral. Además, los efectos secundarios son menos frecuentes que con los tratamientos orales. Los inhaladores más utilizados son:
  • Inhaladores en cartucho presurizado (ICP): generalmente, su administración requiere de una técnica adecuada sin la cual podemos perder parte del efecto o incluso producir efectos secundarios no deseados. En los casos en los que la técnica adecuada sea de difícil aplicación, se pueden utilizar cámaras de inhalación. Estas cámaras son de aplicación rutinaria en pediatría, pero pueden ser útiles también en adultos con poca capacidad inhalatoria como ancianos o enfermos de EPOC. Debemos seguir estrictamente las normas de aplicación de cada dispositivo, porque varían mucho de unos a otros. En general la técnica sería:
  • Agitar el envase antes de administrar el medicamento.
  • Preparar el dispositivo para iniciar la administración y/o para cargar la dosis.
  • Si se precisa, incorporar la cámara.
  • Realizar una expiración profunda.
  • Cerrar bien los labios alrededor del aplicador, que debe permanecer perpendicular a la boca.
  • Comenzar a inspirar para abrir las vías, pulsar el aplicador para liberar la dosis y a la vez inspira enérgicamente para lograr que el medicamento llegue a los pulmones.
  • Contener la respiración unos diez segundos.
  • Finalmente, expulsar el aire con suavidad.
  • Después del uso, enjuagar la boca.
  • Inhaladores de polvo seco (IPS): surgen como alternativa a los ICP para solucionar los problemas de coordinación entre la activación del dispositivo y la inhalación. Liberan polvos micronizados activados por el flujo inspiratorio del paciente, no contienen propelentes y obtienen un buen depósito pulmonar.

Es muy importante que el paciente sepa cómo utilizar los inhaladores correctamente y que consulte las dudas acerca de su uso, funcionamiento, manejo con su farmacéutico, ya que de ello depende que el medicamento sea completamente eficaz.

Puedes descargar las creatividades explicativas en este enlace.

Rebeca González Ginés

Farmacéutica. Servicio Información Técnica COFM

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