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Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos

A pesar de la amplia información de la que disponemos, parece que todavía hay que sensibilizar a la población sobre la amenaza que las resistencias a los antibióticos suponen para la salud pública conmemorando el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, una iniciativa europea que se celebra el 18 de noviembre.

Uno de los principales objetivos del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos es la concienciación de la población sobre los riesgos que conlleva el uso excesivo e inadecuado de estos productos. Una tarea en la que la figura del farmacéutico cobra vital importancia como educador en el ámbito de la salud pública.

Los antibióticos, también llamados antimicrobianos,  han supuesto un avance importante para la calidad de vida de las personas durante más de cincuenta años, pero como ocurre con cualquier otro medicamento el mal uso provoca complicaciones. Los antibióticos no  curan las infecciones causadas por virus, como el resfriado común o la gripe, y únicamente son eficaces para combatir las infecciones bacterianas. Además, hay que tener en cuenta que existen más de 15 grupos distintos de antibióticos que se diferencian en su estructura química y su acción contra las bacterias. Un antibiótico determinado puede ser eficaz contra un sólo tipo de bacteria o contra varios, por eso el diagnóstico correcto y la decisión respecto a la necesidad de administrar antibióticos son competencia exclusiva de los médicos.

Según la red de vigilancia europea EARS-Net del ECDC, España es uno de los países europeos con mayores tasas de resistencia a las fluoroquinolonas en la Escherichia coli, bacteria que provoca con frecuencia infecciones urinarias, y que en 2012 superaba cifras del 35%. También es importante resaltar que el número de infecciones producidas por bacterias como Klebsiella pneumoniae o Pseudomonas aeruginosa resistentes a la gran mayoría de los antibióticos disponibles ha aumentado en España y otros países europeos durante los últimos años.

Ante la magnitud de este problema la UE y la OMS estiman que la lucha contra la resistencia debe ser una prioridad nacional y para ello es necesario poner en marcha intervenciones multilaterales con implicación tanto de los profesionales sanitarios como de los pacientes y de las autoridades. En este sentido, la educación y concienciación son elementos clave.

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