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El Big Data y la investigación en salud

Muchos piensan que el Big Data (enormes cantidades de datos -estructurados, no estructurados y semi estructurados- que existen sobre algunos temas y que resulta muy costoso cargarlos a una base de datos relacional para su análisis) solo puede tener utilidad con fines comerciales o militares porque esos sectores asumen el alto precio de su manipulación y procesamiento. Es conocido, por ejemplo, que con el Big Data de los sitios visitados por los usuarios de Google, esta empresa puede ofrecer para los que la contratan como canal publicitario, una aproximación muy precisa a su público objetivo.

En el ámbito de la investigación y en concreto en el de la salud, algunos investigadores apuntan que una posible opción es compartimentar el Big Data de salud, tal y como se hizo con la secuenciación de genoma humano (también fue muy complejo) y de esa manera ir avanzando por partes.

Federico Romero García, un experto en Tecnologías de la Comunicación autor del blog Ideasland, considera que sería interesante montar equipos de investigación internacional que desarrollen algoritmos de búsqueda en campos como por ejemplo la medicina, donde un índice mundial podría almacenar datos clínicos de todas las personas y de diferentes tipologías (pruebas diagnósticas, enfermedades, tratamientos, resultados,…). Big Data en campos como éste -añade-, podría ser una caja de herramientas del descubrimiento que podrían aportarnos pautas ocultas que desvelen nuevos problemas o nuevas soluciones que hasta ahora permanecen enterradas entre datos inconexos.

La Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS) señala que el Big Data en el ámbito de la salud puede proporcionar posibilidades nunca vistas para la toma de decisiones de gran trascendencia en salud pública, investigación, gestión de recursos sanitarios, etcétera, pero, como contrapartida, también supone una intromisión sin precedente en la privacidad de los datos de salud de las personas. Por esta razón, en XIIª edición del Foro de Seguridad y Protección de Datos de Salud, reclamó la revisión de las garantías y salvaguardias que deben adoptarse para conseguir que el Big Data sanitario despliegue toda su potencia y proporcione todos los beneficios y avances científicos que se anuncian, pero sin vaciar de contenido los derechos fundamentales de las personas y, en particular, su derecho fundamental a la protección de sus datos personales, eliminando o, al menos, mitigando en la medida de lo posible, los riesgos que aparecen en estos procesos.

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