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Viruela de los monos o viruela símica

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha detectado, a día de hoy, 23 posibles casos de infección por viruela del mono en la región. En estos momentos se encuentran en estudio en coordinación con el Centro Nacional de Microbiología, que cuenta con la técnica necesaria para confirmar o descartar este primer diagnóstico.

La viruela símica sigue apareciendo esporádicamente en algunas partes centrales y occidentales de la selva tropical de África, aunque ha habido brotes fuera de África: el primero documentado data de 2003 en Estados Unidos.

¿Qué es?

El virus pertenece a la familia Orthopoxvirus, es una zoonosis viral, pero a pesar del nombre, los primates no humanos (gorilas, chimpancés, orangutanes y bonobos) no son el único reservorio del virus de la viruela del mono. En África se han descrito infecciones resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o ardillas infectadas. Los roedores se consideran el principal reservorio, pero se necesitan más estudios para determinar el reservorio natural del virus y cómo se mantiene en la naturaleza.

 

Transmisión

El virus se transmite al entrar en contacto con los fluidos corporales de los animales (gotas salivares o respiratorias, sangre o exudado de las lesiones).

La inadecuada cocción de la carne de animales infectados es un posible factor de riesgo de transmisión de la enfermedad.

La transmisión persona- persona es ineficaz y se produce por el contacto estrecho con secreciones respiratorias, lesiones cutáneas con una persona infectada o fómites contaminados. Principalmente se produce por las gotículas respiratorias en contacto estrecho prolongado cara a cara con el paciente infectado. Se ha documentado también la transmisión intrahospitalaria, por inoculación y congénita (transmisión a través de la placenta). Según la OMS, “por el momento, no se ha podido demostrar que la transmisión de persona a persona por sí sola pueda sostener la infección por el virus de la viruela símica en los seres humanos”.

Clínica de la enfermedad

Clínicamente la viruela del mono es semejante a la viruela, pero en general es más leve. Las lesiones cutáneas suelen aparecer en brotes y aparecen más frecuentemente las adenopatías.

El periodo de incubación de la infección suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21 días. Y se puede dividir en dos periodos:

  • Periodo de invasión: entre los días 0 y 5 de la infección, puede cursar con fiebre, dolores de cabeza intensos, dolores lumbares y musculares, astenia y linfadenopatías.
  • Periodo de erupción cutánea: aparece entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre, cuando aparecen las distintas fases del exantema (desde maculopápulas a vesículas, pústulas y, por último, las costras). Por lo general, afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo, sobre todo, en palmas de las manos y plantas de los pies.

Suele ser una enfermedad autolimitada con síntomas que duran de 14 a 21 días, aunque existen pacientes que no presentan síntomas (subclínicos).

Los grupos de edad más jóvenes parecen ser más susceptibles a la viruela símica. Los casos graves se producen con mayor frecuencia entre la población pediátrica y su evolución depende del grado de exposición al virus, el estado de salud del paciente y la gravedad de las complicaciones. Y también es el grupo de los niños el que presenta la mayor tasa de mortalidad.

Diagnóstico

Se lleva a cabo con un cultivo, a través de pruebas PCR, inmunohistoquímica o microscopia electrónica, ya que la diferencia clínica entre la viruela del mono, la viruela y la varicela, puede ser complicada.

Tratamiento

Actualmente no existe tratamiento, solo sintomático.

Existen fármacos en estudio.

Prevención

Las personas vacunadas contra la viruela tienen menor riesgo de sufrir la viruela del mono. De hecho, se piensa que han aumentado los casos al dejar de vacunar a la población contra la viruela.

La FDA ha autorizado Jynneos®, una vacuna indicada para la prevención de la viruela y la viruela del mono.

Además, se recomienda evitar el contacto con los posibles reservorios, seguir manteniendo las medidas higiénicas. En el ámbito familiar usar las medidas adecuadas para evitar la exposición del virus persona-persona y, sobre todo, la educación sanitaria.

 

Cristina García-Agulló Pardo

Farmacéutica del Servicio de Información Técnica

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