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¿Tienes alergia o un resfriado?

Siempre se han asociado las alergias al polen a la llegada de la primavera. Pero es falso. Durante las últimas décadas, el número de casos por este tipo de alergias se ha disparado en todo el país, sobre todo las asociadas al polen de los cipreses, cuya floración se produce en los meses de enero y febrero.

Sí que es cierto que, con la llegada de la primavera, se intensifican estas reacciones que, en ocasiones, se confunden con un simple resfriado. En España, el 62% de la población no sabe que tiene este tipo de alergia, lo que hace que muchas personas no estén diagnosticadas. El motivo de este desconocimiento tiene que ver con que habitualmente se confunden sus síntomas con los del resfriado.

La diferencia más evidente entre ambos tiene que ver con la época del año en que se producen, así como con la duración de sus síntomas. Una alergia puede prolongarse durante semanas o incluso meses, mientras que los efectos de un resfriado suelen durar aproximadamente una semana. A esto hay que añadir que los síntomas de la alergia aparecen de repente y, sin embargo, los de un resfriado van apareciendo progresivamente.

Según los expertos, lo primero que se debe hacer para tratar esta reacción al polen es admitir que se padece. Una vez identificado el problema y dependiendo de la situación del paciente, se tratará  con antihistamínicos o con vacunas. La vacunación por medio de alérgenos o inmunoterapia consiste en administrar regularmente dosis del mismo alérgeno para así disminuir o eliminar la sensibilidad que sufre el paciente. Es fundamental que la persona afectada siga el tratamiento pautado por el médico y consulte los niveles de pólenes en su zona, una información que puede encontrar, por provincias, en la página web de la Sociedad Española de Alergología.

También es cierto que en los últimos años ha aumentado el número de alérgicos. Esto se asocia a que en los países industrializados los niños no suelen tener contacto directo con múltiples microorganismos (virus y bacterias). Esta sobreprotección del organismo podría hacer que su sistema inmune no se estimule lo suficiente y crezcan más vulnerables ante los agentes externos.

Precisamente, con el fin de que los pacientes tengan una mejor calidad de vida, sobre todo los días de máxima concentración de polen, en las farmacias se aconseja a los afectados  no realizar actividad física en el exterior (parques o zonas ajardinadas), sobre todo los días de viento, cuando el recuento de polen es más elevado, y durante los días secos y calurosos.

Se recomienda también ventilar la casa a primera hora de la mañana y a última de la tarde, ya que el recuento polínico es más bajo en esos momentos del día.  Además, se insiste en la importancia de disminuir las actividades al aire libre entre las 5.00 y las 10.00 de la mañana (emisión de pólenes) y de las 7.00 y las 10.00 de la tarde (periodo de descenso del polen desde la atmósfera).

También se sugiere mantener cerradas las ventanillas del coche,  utilizar filtros para pólenes, no secar la ropa en el exterior durante los días de recuento de polen altos y utilizar gafas de sol al salir a la calle.

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