Tanorexia: obsesión por estar morenos
El deseo de estar moreno puede llegar a convertirse en una obsesión. De hecho, es un trastorno diagnosticado como tanorexia, del inglés ‘tan’ (broncearse) y del griego ‘orexia’ (apetito, apetencia).
Se define como obsesión por estar morenos, ya sea tomando el sol al aire libre o en cabinas de rayos UVA, dejando de utilizar los protectores solares adecuados para aplicarse productos de aceleración del bronceado y poniendo de esta manera en peligro la salud física y mental.
Cuando tomar el sol se convierte en un trastorno psicológico puede llegar afectar a la autoestima e interferir en la vida social, laboral o personal del afectado. Si se llega a esta situación extrema es el momento de acudir a un especialista y combinar la terapia psicológica con el tratamiento dermatológico.
Esta adicción al sol suele afectar a personas que están también obsesionadas por su estética y por una excesiva preocupación por su imagen. Es un trastorno que comienza siendo psicológico, pero que puede acabar siendo físico debido a una extrema exposición a los rayos ultravioleta y que puede llegar a generar numerosas patologías, como melanomas, cáncer de piel, manchas, etc.
Cada año aumenta el porcentaje de personas que padecen este trastorno, y que estando morenas, siempre se ven pálidas y muestran una necesidad obsesiva por lograr un tono de piel más oscuro. Según expertos, el perfil de estos pacientes es una mujer de entre 20 y 40 años, aunque lo cierto es que el porcentaje de hombres ha aumentado en los últimos años de forma significativa.
Lo peor de esta patología es el riesgo al que se expone la piel, sacrificándola por la búsqueda obsesiva del bronceado perfecto. Hay que dejar claro que las lesiones cutáneas causadas por el exceso de sol o por los rayos ultravioletas no solo pueden llegar a provocar cáncer de piel, sino que también se puede poner en peligro la propia salud mental. Asimismo, esta adicción suele estar asociada al envejecimiento prematuro, quemaduras, trastorno depresivo, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo e, incluso, en casos más severos, a trastorno delirante de tipo somático.
Según estudios, el tanoréxico suele ser una persona con una autoestima baja. El afectado considera que si cambia su apariencia será mejor aceptado por los demás y, por tanto, se sentirá más satisfecho consigo mismo. El papel del dermatólogo y del psicólogo es fundamental para ayudar a estos pacientes. Por un lado, el dermatólogo ayuda a reconocer y a tratar los problemas cutáneos y, por el otro, el psicólogo ayuda a tratar este trastorno.