‘Skincare’ en niños y adolescentes
El boom de los cosméticos ha llegado para quedarse. Todos queremos lucir una piel sana, bonita y radiante. Y por ello, las cremas antiedad, iluminadoras, sérums, contornos y maquillajes inundan todos los espacios publicitarios y redes sociales, vendiendo las virtudes del producto y sus miles de usos. La nueva tendencia viral son vídeos en redes sociales de niñas y adolescentes usando distintas cremas y cosméticos, y esta tendencia está generando consultas en las farmacias y en muchos casos problemas cutáneos en estos pacientes.
La mayoría de los productos cosméticos y los principios activos que se usan en estos vídeos, no han sido fabricados ni testados pensando en pieles tan jóvenes, que suelen ser más finas. Además, hay que tener en cuenta que la relación entre la superficie corporal y el peso es mayor que en adultos, con el consiguiente incremento del riesgo de absorción percutánea.
Analizamos algunos de los principios activos más utilizados y sus posibles efectos sobre la piel:
Es un retinoide derivado de la vitamina A, útil en el tratamiento del acné leve y moderado, que acelera la salida de los comedones internos, cura los visibles y previene su aparición, además de actuar sobre poros obstruidos. También actúa en la renovación de la piel, tratamiento de manchas, cicatrices, estrías, en la prevención y el tratamiento del envejecimiento.
Las posibles reacciones adversas son: Sequedad de la piel, eritema, prurito, ardor, irritación, fotosensibilidad, hiper o hipopigmentación.
Vitamina A o Retinol
En cosmética se usa como acondicionador de la piel, regula la producción sebácea, se utiliza, sobre todo, para contrarrestar signos de envejecimiento, como manchas, arrugas o falta de luminosidad. Su uso puede producir hipersensibilidad, irritación local, dermatitis, descamación cutánea, fragilidad de la piel, sequedad de mucosas y acné.
Se utiliza como agente antienvejecimiento cutáneo que favorece la formación y reparación del colágeno dañado, y es un potente antioxidante, es un fotoprotector biológico y regula el pH. También se usa como acondicionador de la piel, aportando luminosidad y unificando su color. A concentraciones altas se usa como peeling. La vitamina C pura es fotosensible y termolábil, por lo que se degrada y pierde su efecto en contacto con la luz solar. En pieles sensibles puede producir irritación cutánea y dermatitis de contacto.
Se usa en casos de acné inflamatorio vulgar por sus propiedades seborreguladoras, como despigmentante, mejorando manchas faciales y corporales, reunificando el tono de piel y aportando luminosidad, como tratamiento antiedad mejorando la textura y aportando suavidad, y reduciendo las arrugas. Las posibles reacciones adversas son sequedad en la piel, prurito, eritema, quemazón e irritación.
Es hidratante, lubricante y humectante. Repara y regenera los tejidos facilitando la cicatrización de heridas y reduciendo marcas del acné. También mejora la textura, la firmeza, la suavidad de la piel y reduce la profundidad de las arrugas. Las reacciones se producen en raras ocasiones y, generalmente, son manifestaciones dermatológicas, como podrían ser urticaria y prurito.
Es un principio activo hidratante, antioxidante, cicatrizante y regenerador celular, favoreciendo la reparación del tejido dañado. Además, es calmante y antiinflamatorio. Los posibles efectos adversos son irritación, dermatitis de contacto y quemazón en la piel. Desde la oficina de farmacia debemos promover un uso responsable de estos productos dermocosméticos, asegurándonos de que cada persona utilice los más adecuados para su edad, tipo de piel y lo que quiere conseguir. Es importante hacer recomendaciones desde el conocimiento del producto sobre rutinas saludables para el cuidado de la piel, informando del modo de empleo adecuado, de qué hacer ante las posibles reacciones adversas y derivando al especialista en caso necesario.
Cristina García-Agulló Pardo
Farmacéutica del Servicio de Información técnico profesional del COFM
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