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Qué es el síndrome visual informático y cómo prevenirlo

Astenopía es el término que, generalmente, se emplea para describir los síntomas relacionados con el esfuerzo visual. Su prevalencia, durante o después del trabajo con ordenadores, varía entre el 46,3% y el 68,5%.

Estos esfuerzos visuales conllevan cambios en la superficie ocular y en la película lagrimal. Los síntomas que aparecen más frecuentemente son: fatiga visual, enrojecimiento ocular o hiperemia, alteración del parpadeo, sequedad ocular, dificultad para acomodar la visión que provocará visión borrosa en distancia próxima, diplopía (percepción de dos imágenes de un único objeto), fotofobia (incremento en la sensibilidad a la luz, tanto artificial como natural), ceguera transitoria debida al agotamiento de los fotopigmentos retinianos por los cambios rápidos de adaptación de la luz a la oscuridad y, al revés, mareos, dolor de cabeza y síntomas músculo-esqueléticos (dolor de espalda, hombros, cuello muñecas y manos).

Aunque los síntomas pueden ser temporales y aliviarse con descanso, la exposición continua y sin protección a las pantallas puede llevar a problemas de visión más graves a largo plazo. Se pueden considerar algunos factores de riesgo individuales, como puede ser la edad (es más frecuente en personas mayores, sobre todo por la posible presencia de otras patologías de la superficie ocular), presencia de defectos refractivos no corregidos, alteraciones oculomotoras, enfermedades sistémicas relacionadas con el ojo seco, uso de lentes de contacto, tiempo de exposición a las pantallas, tabaquismo… Hay otros actores de riesgo ambientales sobre los que será más fácil actuar para evitar en lo posible este síndrome: mala iluminación tanto ambiental como de la pantalla, una humedad relativa baja por debajo del 40%, la presencia en el puesto de trabajo de un aparato de aire acondicionado mal regulado o que dirija los chorros de aire hacia la cara del trabajador, no realizar descanso de forma periódica cuando trabajamos con el ordenador, etcétera.

¿Qué medidas podemos tomar para evitarlo? El farmacéutico tiene un papel importante en la prevención del Síndrome visual informático (SVI) proporcionando a la población las siguientes recomendaciones:

  • En el caso de pacientes usuarios de pantallas, aconsejar realizar una completa revisión oftalmológica periódica, por parte del oftalmólogo u óptico-optometrista, sobre todo para evaluar la presencia de ojo seco, causas secundarias que empeoren los síntomas y asegurarnos que llevamos la graduación correcta.
  • Intentar reducir en lo posible el tiempo de uso de ordenadores y móviles. Un uso de más de 4 horas al día aumenta la posibilidad de aparición de estos síntomas y si es de más de 8 horas es un factor de riesgo de ojo seco. Parece ser que los años de exposición trabajando con pantallas de ordenador también aumentan la prevalencia del SVI. Tener una rutina de horarios y limitar el uso de dispositivos electrónicos en niños y adolescentes.
  • Realizar un descanso de forma periódica, utilizando la regla “20-20-20”, que aconseja realizar pausas de 20 segundos cada 20 minutos mirando la pantalla a una distancia de 20 pies (unos 6 metros), mirar objetos lejanos con el objetivo de relajar la musculatura ocular asociado a la convergencia y acomodación.
  • Usar gafas con filtro antirreflejante y/o para la luz azul de las pantallas LED.
  • Adecuar la iluminación de forma que no incida directamente sobre los ojos del usuario ni genere sombras o reflejos sobre la pantalla. También es importante no trabajar nunca a oscuras.
  • Configurar bien nuestro ordenador, ajustar convenientemente el contraste, bajar el brillo del monitor, en algunos dispositivos ay una opción de “brillo automático” que ajustará el brillo de la pantalla dependiendo de la luz ambiente de cada momento para que no sea excesivo, y activar el filtro de luz azul si lo tiene. Aunque los caracteres negros sobre fondo blanco son la opción más habitual, cada persona debe probar distintos colores tanto de fondo como de caracteres para encontrar el que resulta más adecuado. Se deben evitar formatos de letras demasiado pequeños. Si hay que leer textos largos en la pantalla, la fuente tipo Verdana es más legible que, por ejemplo, otras como la Times New Roman.
  • La mesa debe tener suficiente espacio de trabajo y con una altura que evite que los hombros se levanten al usar el teclado y los brazos estén paralelos al torso. Mantener una postura adecuada frente al ordenador: espalda recta apoyada en el respaldo de la silla y pies tocando en el suelo (puede ser útil emplear un reposapiés con varios niveles de inclinación para ajustarlo a nuestra altura).
  • Mantener la distancia y posición de visualización adecuada. En pantallas de ordenadores de sobremesa, entre 60 y 70 centímetros; en ordenadores portátiles, entre 50 y 60 centímetros; en tabletas y smartphones la distancia mínima ideal es la misma de un libro (distancia codo-palma: 35-45 centímetros).
  • Evitar visualizar las pantallas tumbados o recostados. Si además de la pantalla se está mirando otro material, este debe situarse a la misma distancia para evitar tener que enfocar continuamente a diferentes distancias. En general, la posición más correcta en las tareas de cerca es la mirada inferior que requiere menor acomodación y convergencia, y proporciona una mejor humectación ocular.
  • El color de las paredes debe ser suave y mate, con tintes que disimulen el blanco puro y evitando colores fuertes estresantes. Son convenientes oficinas y habitaciones amplias o con ventanas que permitan mirar de vez en cuando a distancia lejana.
  • Parpadear frecuentemente, y también puede aliviar el malestar mantener los ojos cerrados de vez en cuando durante unos 20 segundos. El uso de ordenadores y móviles nos obliga a mirar fijamente durante largos periodos de tiempo y a parpadear con menos frecuencia de lo normal alterando la secreción lagrimal. Lo normal es que podamos parpadear 20-25 veces por minuto, esto favorece que las lágrimas se distribuyan por la córnea, lo que proporciona una adecuada hidratación al globo ocular.
  • Utilizar lágrimas artificiales, sobre todo si se usan lentes de contacto, si estamos en un ambiente seco como el provocado por el uso de calefacción o aire acondicionado. Al aumentar la lubricación ocular podremos paliar los síntomas de fatiga visual, se pueden aplicar cada 2-3 horas.
  • Evitar el consumo de tabaco, ya que es un factor de riesgo en salud visual y reducir el consumo de alcohol.
  • Seguir una dieta variada y equilibrada rica en frutas y verduras, cereales integrales y pescado para asegurar un buen aporte de vitaminas; en minerales, como el selenio y zinc; y en otros compuestos antioxidantes, así como un buen aporte de ácidos grasos Omega 3.
  • El farmacéutico revisará la medicación del paciente, ya que algunos fármacos pueden provocar disminución de la capacidad de acomodación del ojo (por ejemplo, ansiolíticos o antidepresivos) o de la fase acuosa de la lágrima (como los antihistamínicos).
  • Se debe derivar al oftalmólogo en casos de pacientes con enfermedad ocular crónica o enfermedades con alteraciones refractivas (miopía, hipermetropía o astigmatismo), ya que pueden caer en astenopia (esfuerzo ocular).

 

M.ª Isabel Rodríguez Tejonero

Doctora en Farmacia. Farmacéutica del Servicio de Información Técnico Profesional del COFM

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