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Paludismo, antes de viajar infórmate en los centros de vacunación internacional

Cada 25 de abril se celebra el Día Mundial del Paludismo. La malaria o paludismo es una enfermedad producida por parásitos del género Plasmodium. Hay varias especies que lo provocan siendo P. vivax y P. falciparum las más peligrosas. Las personas se infectan por la picadura del mosquito hembra del género Anopheles, el parasito se encuentra en sus glándulas salivares. La mayor incidencia se produce en el continente africano y asiático, pero debido al turismo puede afectar a personas de cualquier lugar. Es una enfermedad curable y se puede prevenir.

Los síntomas más frecuentes son fiebre, precedida de escalofríos que cesan con bastante sudoración, dando lugar a una etapa de baja temperatura. Este ciclo se repite con distinta cadencia, dependiendo del parásito que haya producido la infección. Este paroxismo palúdico se produce por la respuesta inflamatoria provocada por la rotura de los eritrocitos infectados. También se puede presentar malestar general, problemas gástricos, ictericia, anemia, hepatomegalia, esplenomegalia…

Los síntomas aparecen después de un periodo de incubación, que va de como mínimo una semana a un mes, aunque según la especie que infecte puede llegar a ser de varios meses. Al principio puede ser que los síntomas sean leves y se pueden confundir con otras enfermedades comunes de la zona.

El diagnóstico se puede llevar a cabo de dos maneras: a través de muestra de sangre en microscopio óptico, de esta forma se ve la morfología del parásito dentro del glóbulo rojo, pudiendo así conocer a la especie que pertenece y el tanto por ciento de parasitemia, o por la detección de enzimas o antígenos de Plasmodium en pruebas rápidas. Estas pruebas son complementarias.

Un diagnóstico precoz junto con el tratamiento adecuado salva muchas vidas.

La elección del tratamiento va a depender del estado del paciente (gravedad), de la especie del parásito y la sensibilidad de los medicamentos. Se debe tratar con medicamentos antipalúdicos en función de la especie que lo infecte y de la resistencia. Terapias combinadas con artemisinina parecen ser el tratamiento de elección. Si el paciente recibió profilaxis no debe ser tratado con el mismo medicamento.

La OMS recomienda en los niños que vivan en regiones donde la transmisión del paludismo producido por P. falciparum sea entre moderada y alta, administrar la vacuna RTS,S/AS01 (Mosquirix®). La pauta establecida son 4 dosis desde los cinco meses para contribuir a disminuir la enfermedad y la morbimortalidad.

Dentro de las estrategias para la eliminación y control del paludismo se encuentra la lucha con el vector, principalmente con el uso de insecticidas de acción residual y de mosquiteras impregnadas con insecticidas, el problema se presenta por la aparición de resistencias de algunos mosquitos a los insecticidas

Antes de viajar a zonas endémicas, hay que recibir quimioprofilaxis, bien de fármacos solos o en combinación, para prevenir la infección y sus efectos. Entre ellos, cabe destacar la mefloquina, proguanilo, atovacuona… Suele iniciarse el tratamiento unos días antes de emprender el viaje, continuando durante todo el viaje y unos días después de volver. Deben de seguirse las directrices que indiquen las autoridades sanitarias dirigiéndose, cuando se planee el viaje, a los centros de vacunación internacional de su comunidad para que marquen los criterios a seguir, ya que el riesgo de contraer paludismo no está distribuido de la misma manera en las áreas donde es prevalente y el viajero debe informarse del riesgo concreto que hay en la zona a la que va.

Como medidas de protección frente a la picadura del mosquito estarían:

  • Usar pantalones largos y camisetas de manga larga, sobre todo, al amanecer y al anochecer, que es cuando está más activo el mosquito Anopheles.
  • Humedecer toda la ropa, calzado, mochilas… con soluciones de permetrina al 0,5%. La protección se mantiene durante varios lavados.
  • Uso de mosquiteras impregnadas con permetrinas o piretrinas.
  • Uso de medios físicos antimosquitos en ventanas y puertas.
  • Uso de repelentes sobre la piel: DEET, IR3535, Icaridina o citriodiol…
  • Uso de insecticidas con efecto residual.
Foto: web Comunidad de Madrid

 

Isabel López Quiroga

Farmacéutica del Servicio de Información Técnico del COFM

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