Otitis y tapones en verano, consejos desde la farmacia
Durante los meses de verano, las altas temperaturas y la humedad constante a la que está sometido el conducto auditivo externo debido a los baños en playas y piscinas supone un aumento en la prevalencia de problemas en el oído, sobre todo otitis y formación de tapones.
Otitis del nadador
La otitis de nadador u otitis externa es una inflamación, irritación o infección del conducto auditivo externo. La humedad es la responsable de la descamación de la piel que recubre el conducto auditivo, favoreciéndose la invasión por bacterias u hongos, principalmente Pseudomona aeruginosa y Staphylococcus aureus. El exceso de cloro empleado en algunas piscinas elimina el cerumen protector del oído y altera el manto ácido de la piel de la zona, facilitando la aparición de infecciones.
Síntomas:
- Dolor que aumenta al presionar en la región anterior del oído y al tirar de la oreja hacia arriba; también se acentúa al tragar.
- Es posible que aparezca una secreción amarillenta, purulenta o con olor fétido.
- A medida que el conducto se inflama, la audición disminuye provocando una pérdida de audición temporal.
- Podemos notar picor en el oído, al rascarse la zona se puede lesionar la piel, con el consiguiente empeoramiento de la infección.
- También se puede producir descamación de la piel de alrededor de la abertura del oído. No suele producir fiebre.
Tratamiento:
- La inflamación y la infección se tratan habitualmente con gotas que contienen corticoides y antibióticos durante 7 días, según lo pautado por el médico. Uno de los antibióticos más utilizados es el ciprofloxacino por su amplio espectro frente a los principales agentes patógenos y la ausencia de toxicidad.
- El dolor se puede paliar aplicando calor seco en el oído. Puede ser necesario aplicar gotas anestésicas o tomar analgésicos como paracetamol, ácido acetilsalicílico o ibuprofeno.
- Puede resultar efectivo el tratamiento antiséptico con alcohol boricado a saturación, preparación que se elabora en la farmacia. También se podría solicitar, como fórmula magistral, una solución acuosa de ácido acético al 2% por su actividad bactericida frente a Pseudomonas.
- La desaparición de los síntomas no siempre implica que se ha curado la infección, se debe cumplir el tratamiento para evitar recaídas y mientras evitar el contacto con el agua del mar o de piscinas normalmente de 7 a 10 días.
¿Cómo aplicar las gotas?
- Lavarse las manos previamente.
- Colocarse sentado o acostado, con la cabeza girada o inclinada al lado contrario.
- Evitar que el frasco toque el pabellón auditivo u otra superficie.
- Si el frasco ha sido refrigerado, mantenerlo en la mano, al menos, 5 minutos para calentarlo a temperatura corporal, es decir, a 37 grados centígrados; de lo contrario, actuaría como un estímulo térmico sobre el laberinto y provocaría un episodio agudo de vértigo.
- Si es suspensión, agitar durante 10 segundos.
- Inclinar la cabeza y aplicar las gotas en el conducto auditivo externo del oído. Las gotas deben caer sobre la pared lateral del conducto auditivo externo.
- Para facilitar una mejor introducción del medicamento debe ampliarse el diámetro del orificio acústico externo, estirando suavemente el pabellón auricular hacia atrás y hacia abajo en el caso de lactantes.
- Mantener la cabeza inclinada durante 3-5 minutos una vez administrado el fármaco.
- Si el oído drena o supura, si existe dolor, irritación, erupción o mareo, remitir al especialista. Se debe tener en cuenta que, en general, las gotas óticas no deben utilizarse si hay perforación timpánica, salvo que el médico lo aconseje.
Consejos para prevenir la otitis del nadador
- Evitar bañarse en aguas contaminadas.
- Usar gorros de baño y tapones de oídos al nadar. Tener en cuenta que algunos solo están diseñados para aislar el ruido, pero no frenan la entrada de agua. Se pueden hacer tapones a medida.
- Reducir el tiempo de inmersión en el agua a los niños, población más susceptible de sufrir la patología.
- Secar los oídos cuidadosamente después de haber estado expuesto a la humedad, mover la cabeza de lado a lado, tirando del lóbulo en distintas direcciones para retirar el agua retenida en el conducto auditivo.
- Proteger los oídos de los productos para el cabello como la laca y el tinte, ya que contienen sustancias químicas que pueden dañar el canal auditivo.
Tapones en los oídos
La principal función del cerumen es proporcionar una barrera física de protección de oído externo y medio. Además, tiene una función antimicrobiana debida, principalmente, a la presencia de ácidos grasos saturados, lisozima y a la ligera acidez del cerumen. Por otra parte, proporciona una lubricación del canal auditivo externo evitando que la piel se reseque y se agriete.
El cerumen está compuesto por la secreción de las glándulas ceruminosas, de las glándulas sebáceas y la descamación epitelial de la piel del conducto auditivo. La producción de cerumen varía mucho de unos individuos a otros, y en una misma persona varía a lo largo de su vida. A medida que va aumentando la edad, en la composición del cerumen predomina el epitelio sobre la secreción ceruminosa.
La principal causa de la aparición de tapones en los oídos es una higiene incorrecta. El exceso de cerumen puede ser debido fundamentalmente a dos causas: un exceso de producción debido a la irritación del conducto auditivo externo provocada por agentes mecánicos (limpieza con bastoncillos) o químicos (geles o champús) y por otra parte puede ser debido a un defecto en la eliminación debido a enfermedades dermatológicas del conducto auditivo externo o por introducción de objetos en esa zona.
Factores predisponentes a la formación de tapones de cerumen:
- Presencia abundante de pelo en el canal auditivo.
- Canal auditivo estrecho.
- Empleo habitual de cascos de audición, en especial de aquellos que implican la introducción de parte del dispositivo en el canal auditivo.
- Compactación al introducir por el canal auditivo bastoncillos o torundas de algodón, como parte de la higiene diaria.
- Estimulación de la producción de cera por lavarse en exceso con jabones o champú, o bañarse frecuentemente en piscinas.
- Enfermedades dermatológicas.
- Cambios fisiológicos en las glándulas de cerumen por la edad, que producen una secreción que tiende a secarse más rápido de lo normal.
Síntomas:
- Sordera súbita.
- Autofonía (el paciente oye de forma amplificada su propia voz).
- Acúfenos (sonidos internos).
- Otalgia (dolor de oído).
- Vértigo.
- Sensación de plenitud del conducto auditivo externo.
- En los pacientes portadores de prótesis auditivas puede producir el efecto Larsen, que se traduce en un molesto silbido originado por el audífono como consecuencia de la mala adaptación de la prótesis al conducto auditivo externo.
Tratamiento:
Hay que consultar al otorrinolaringólogo si se tiene mucha cera en los oídos, si esta es escamosa, hojaldrada o si pica el oído. Cuando la cera se acumula en gran cantidad y bloquea el conducto auditivo, se procede a su extracción por personal sanitario cualificado. Existen dos procedimientos:
- Maceración de agentes cerumenolíticos (ablandan la cera). Ej.: solución de carbonato potásico, solución de hidróxido potásico, peróxido de hidrógeno al 3% (se rebaja el agua oxigenada comercial), aceite de oliva o de almendras, etcétera.
- Extracción por irrigación del canal auditivo con agua templada. La extracción del cerumen habitualmente se realiza mediante lavado, dirigiendo un chorro de agua a 36,5 grados centígrados hacia la pared posterior del CAE para que sobrepase el tapón y lo propulse hacia el exterior. Si el tapón está duro, debe reblandecerse previamente con agua oxigenada, más adecuada en caso de tapones de predominio epitelial, o bien con gotas oleosas, más eficaces en los tapones de predominio ceruminoso. Tenemos disponibles algunas presentaciones farmacéuticas con esta finalidad. Si los métodos anteriores no han resultado efectivos, se recurrirá a la debridación, combinando la aspiración con el raspado, bajo control microscópico (otomicroaspiración).
Consejos para la limpieza del oído
- Los movimientos producidos al hablar y masticar se transmiten a través del canal cartilaginoso y ayudan a trasladar el cerumen y la suciedad fuera del canal auditivo. Por ello, en la mayoría de las personas, no es necesaria la extracción diaria del cerumen.
- El oído no debe limpiarse en exceso. Hay que dejar un intervalo de varios días entre cada limpieza, ya que conviene mantener un mínimo de cera natural para protegerlo.
- No se deben utilizar bastoncillos para limpiar el oído, ya que pueden arrastrar el cerumen y bacterias hacia dentro del oído y pueden irritar la zona, generando más cerumen y aumentando el riesgo de perforación timpánica.
- El uso excesivo del jabón en los oídos altera el pH de la zona pudiendo producir irritaciones. Tras mojar el oído en la ducha, se debe limpiar la zona más externa con una gasa.
- La higiene del conducto auditivo externo puede efectuarse con soluciones pulverizadas estériles de agua de mar o con otros productos comercializados y de venta en farmacias para tal fin.
Isabel Rodríguez Tejonero
Farmacéutica. Servicio Técnico Profesional del COFM
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