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La notificación de los pacientes es clave para que un medicamento funcione correctamente

Es algo que los pacientes suelen desconocer, pero su aportación puede ser decisiva para que un medicamento funcione de manera adecuada. Lo único que tienen que hacer es informar en caso de que sospeche de una reacción adversa tras la toma de cualquier fármaco, incluidos los medicamentos con receta o sin receta. Es importante que el paciente notifique los efectos secundarios, cuando no se menciona en el prospecto que acompaña al medicamento, y si le ha causado problemas que interfieren en sus actividades habituales. También es necesario que comunique si la reacción se asocia un medicamento nuevo o se trata de una interacción con otros fármacos o con algunos alimentos.

Un tercio de la población mundial de más de 75 años consume al menos seis fármacos al día, y más de un millón de personas consumen ocho o más, según informa la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) en su última campaña, que acaba de lanzar con el fin de concienciar sobre la importancia de notificar las sospechas de reacciones adversas a medicamentos, poniendo el foco este año en los pacientes polimedicados.

Actualmente, la polimedicación de los mayores es un problema frecuente y grave que precisa revisión y evaluación continuas. Los pacientes polimedicados son mucho más propensos a sufrir reacciones adversas. Esto afecta especialmente a pacientes con enfermedades crónicas y de edad avanzada.

Con esta campaña, la AEMPS pretende dar relevancia a estas situaciones de manera clara y concisa. Y para ello, pone a disposición tanto de los profesionales de la salud como de los ciudadanos un formulario electrónico, a través de su portal de Notificación de Sospechas de Reacciones Adversas a Medicamentos (NotificaRAM), con el fin de que puedan notificar todas las sospechas de reacciones adversas.

Hasta ahora, la AEMPS ha contabilizado 270.330 casos de sospechas de reacciones adversas a medicamentos, que han sido notificados por los profesionales sanitarios o por los ciudadanos. Cabe recordar que, una reacción adversa a un medicamento es una respuesta nociva, no deseada y no intencionada que se produce tras la administración de un fármaco. Por tanto, si un ciudadano detecta una posible reacción adversa, también puede comunicárselo a su médico, farmacéutico u otro profesional sanitario.

Cada sospecha notificada es evaluada por técnicos, que la registran en una base de datos común, revisándola periódicamente para analizar si se acumulan casos similares en los que se pueden descartar otras causas. Una vez se comprueba la relación con el medicamento, se actualiza la información de su ficha técnica y prospecto, en caso de que sea necesario. Esta herramienta sirve para obtener información sobre seguridad y para poder mejorar las prestaciones sanitarias.

Una vez analizada toda la información, se toman las decisiones oportunas, valorando que la relación beneficio-riesgo sea favorable para la población. En caso de que se considere necesario, se puede llegar a retirar el medicamento o, incluso, suspender su comercialización.

Autora: Ana Quevedo Suárez

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