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¿Mismo gasto que en 2005 con un 1,5 millones más de pensionistas?

Se podrán tapar los ojos e insistir en que el problema para cuadrar las cuentas de la sanidad española es que se prescriben muchos medicamentos y que, por ello, se tienen que bajar más los precios. Pero saben que se están engañando y, lo peor de todo, que están asfixiando a un sector como la farmacia que está demostrando ser parte de la solución y no del problema.

Los datos están ahí y se pueden consultar en Digital Farmadrid. Desde 2005, la población mayor de 65 años se ha incrementado en 1,5 millones de personas, según datos del INE. En total, representan ya el 18,73 por ciento de la población en una tendencia que, no hace falta insistir, es imparable.

Existe también suficiente literatura y evidencia de que, conforme cumplimos años, más necesidades farmacológicas tenemos, por lo que no es de extrañar que los pensionistas hagan el 74,1 por ciento del gasto público en recetas. Es de puro sentido común.

Con esta realidad demográfica, y debido a los recortes de todo tipo que ha sufrido la farmacia española, las autoridades han conseguido que el nivel de gasto actual se equipare al registrado en febrero de 2005. Pero no se trata de una política racional y mucho menos sostenible porque se ha logrado a costa del empobrecimiento del sector.

Tampoco parece razonable, por muchas presiones que vengan desde Bruselas, que podemos seguir haciéndonos trampas en el sudoku, como han hecho algunas comunidades, y presupuestar por debajo del gasto real en Farmacia, para trasladar luego el problema a los farmacéuticos y que financien ellos el agujero. Por suerte en Madrid, no hemos tenido que arrastrar retrasos en los pagos.

Necesitamos revertir los impagos, reconocer esta demografía en los presupuestos, dejarnos de parches y plantear soluciones eficaces. Bajar más los precios de los medicamentos es convertir los fármacos en remedios a precio de saldo sin valor a ojos de los ciudadanos. Debemos, por el contrario, promover una mayor implicación asistencial del farmacéutico en la prevención y promoción de la salud, en el seguimiento y cumplimiento de los tratamientos, y necesitamos por ello nuevas herramientas y el reconocimiento de nuestra actuación. Es lo que ya estamos haciendo a través del nuevo convenio firmado con el Gobierno madrileño. Creemos que ese es el camino y estamos trabajando juntos para hacerlo realidad.

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