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La mala fama del gasto en medicamentos

Dice el refranero español, principal recopilatorio de la sabiduría popular: “Cría buena fama y échate a dormir; críala mala y échate a morir”. El Instituto Cervantes sitúa este dicho en la misma categoría de refranes de reputación como: “Por un perro que maté, mataperros me llamaron”.

Viene a colación esta referencia a la buena, y sobre todo a la mala fama, a propósito de un reciente comunicado de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid en el que, con el legítimo orgullo de un administrador de los caudales públicos que cumple con su deber, dice: “La Comunidad de Madrid ha logrado ahorrar 116 millones de euros en el gasto final de las prestaciones farmacéuticas al cierre de 2012”. Aunque en el desarrollo de dicha nota de prensa explica que 14,7 de esos millones de euros se han ahorrado en el ámbito hospitalario, el resto, se entiende, corresponde a la prestación farmacéutica ambulatoria. Ahora bien, con independencia del rigor en la administración de los fondos públicos, máxime en una época de vacas flacas como la que nos encontramos, no puede entenderse esa “satisfacción” de la Consejería de Sanidad por mostrar el ahorro en la prestación farmacéutica, salvo que desde su punto de vista los madrileños se encontraran en una situación de sobreconsumo de medicamentos y los médicos del sistema público les estuvieran prescribiendo lo que no necesitan.

Ahí, precisamente, se encuentra el problema de la “mala fama”, sin saber exactamente a que obedece. El que los madrileños y los españoles en general sean considerados como hiperconsumidores de medicamentos es un falso mito que no se sostiene. Con relación al año 2012, del que habla la Consejería de Sanidad, Madrid gastó 165 euros por habitante y año mientras que la media nacional por habitante fue de 211 euros año. Si la comparación la llevamos fuera de nuestras fronteras, en 2012, mientras en España gastamos un 1,7% del PIB en medicamentos (1,3 % público más 0,4% privado), otros países como Hungría, Eslovaquia o Estados Unidos gastaron muy por encima del 2% de su PIB por este concepto. En junio del presente año trascendía el dato de que el gasto público en medicamentos español de 2013 se situará por debajo de 1% del PIB.

Madrid gastó menos en medicamentos en 2012 que en 2011 y gasto menos que otras Comunidades Autónomas y que otros países. Sería muy bueno, sin falsos mitos, saber por qué. Quizá nuestra salud es mejor que la media y necesitamos menos remedios, para saberlo, lo que es necesario, ademas de constatar las cifras de ahorro, es que se hagan estudios de morbilidad comparada.

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