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Los datos de la farmacia son amores, y no buenas razones

Los farmacéuticos estamos haciendo mucho y muy bien desde que comenzó la crisis sanitaria, pero contados son los reconocimientos oficiales de nuestras autoridades. Por eso, es de agradecer el merecido Premio Princesa de Asturias de la Concordia a la labor de los profesionales sanitarios que han luchado “en primera línea” contra la COVID-19. Es el reconocimiento de tantos farmacéuticos que se han dejado la piel y también la vida por servir a los ciudadanos.

En el Colegio de Farmacéuticos de Madrid fuimos los primeros en hacer un seguimiento semanal e informar de las bajas laborales, de los cierres temporales motivados por el nuevo coronavirus y, desgraciadamente, de los fallecidos. Estos datos nos permiten ahora recordar y reflejar el enorme desgaste sufrido por la red madrileña de oficinas de farmacia durante la pandemia, y que tan bien conocen los ciudadanos.

Sin embargo, todavía está pendiente de medirse con datos reales, y no solo a partir de encuestas, el número de pacientes atendidos en las farmacias durante la pandemia y de consultas médicas y derivaciones hospitalarias evitadas; el número de servicios de atención farmacéutica domiciliaria realizados, ahora que la OMS apuesta también por reforzar esta prestación que quisimos regular y que volveremos a intentar en la Comunidad de Madrid; el número de atenciones y pedidos telefónicos o a través de Whatsapp resueltos; el número de pacientes que han podido acceder a su medicación de dispensación hospitalaria en su farmacia de barrio y que esperamos ahora no se dé marcha atrás en perjuicio de los ciudadanos. Y así, un largo etcétera de actuaciones llevadas a cabo en la farmacia que, sin cifras, no podrán concretarse y ponerse encima de la mesa.

Son, sin duda, datos imprescindibles para defender el papel que los farmacéuticos hemos desempeñado durante esta crisis y reivindicar un nuevo protagonismo profesional dentro del Sistema Nacional de Salud, ahora que se han iniciado las comparecencias del Grupo de Trabajo de Sanidad y Salud Pública dentro de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica en el Congreso de los Diputados. Una Comisión, por cierto, por la que pasarán 34 expertos, pero un solo farmacéutico.

Como Lope de Vega dejó escrito Obras son amores, y no buenas razones. Carguémonos, por tanto, de obras y traduzcámoslas a datos, a cifras con las que podamos medir, valorar y defender con fuerza el justo alcance que tiene la farmacia en la sociedad y en la sanidad española.

 

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