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Henri Nestlé, unido a la farmacia

Es conocido que el farmacéutico alemán Henri Nestlé afincado en Vevey (Suiza) comenzó en 1866 fabricando una “harina lacteada”, mezcla de leche de vaca, azúcar y harina de trigo, que sustituía a la leche materna para alimentar a los bebés que, por distintas circunstancias, no podían ser amamantados por sus madres. El compuesto, que eliminaba el almidón y el ácido para que el bebé pudiese digerirlo, resultó ser un éxito y derivó en la creación del grupo Nestlé.

Fue esta harina infantil la primera de una larga serie de productos que son historia y que han convertido a la empresa que lleva el apellido de este farmacéutico en el primer grupo alimentario mundial hoy en día.

La contribución de Nestlé a la salud y el bienestar a través de la alimentación es incuestionable. Permitió suplir las carencias alimentarias en la población lactante e infantil gracias a esta papilla a la que seguirían otras innovaciones que están ligadas a la historia de la alimentación, como la leche condensada, que influyeron en nuestros hábitos dietéticos, contribuyendo así al desarrollo económico y social de la sociedad española.

Esta preocupación por la alimentación y, en especial, por la nutrición infantil de calidad es lo que siempre ha unido este tipo de productos con la farmacia. Es la razón por la que el farmacéutico ofrece consejo nutricional adaptado a las necesidades de cada persona y a cada una de sus etapas vitales, desde el nacimiento hasta la tercera edad, conscientes de los efectos de una correcta nutrición en el desarrollo físico y psíquico del bebé o para prevenir enfermedades respiratorias, gastrointestinales y alérgicas, así como la obesidad.

Las nuevas soluciones nutricionales, a medio camino entre la alimentación tradicional y la industria farmacéutica, son claves y se deben incorporar a la dieta de la población a través de una información profesional de calidad sobre sus propiedades, su formulación o información nutricional que la farmacia está en condiciones de proporcionar. Consejo para prevenir así la obesidad a través de la reducción del consumo de sal, grasas trans y azúcar o asegurar la buena alimentación de bebés, mamás o mayores, según el perfil nutricional y necesidades específicas de cada persona.

Este es el valor añadido que ofrece la farmacia y que hay que saber defender por la decisiva importancia que tiene la calidad y seguridad alimentaria en la salud y el bienestar, como muy bien sabía nuestro colega de profesión, Henri Nestlé.

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