Farmacias cardioprotectoras: una oportunidad para salvar vidas
Europa Press titulaba así, el 10 de agosto de 2017, un suceso con final feliz: “El desfibrilador de una farmacia de Sarrià salva la vida a un hombre de unos 50 años”. Se trataba, en efecto, de un desfibrilador semiautomático; pero quien devolvió, de verdad, el pulso a esa persona que cayó fulminada por una parada cardiaca fue el farmacéutico. Un profesional comprometido y bien entrenado que decidió instalar, por su cuenta y riesgo, el dispositivo de reanimación y que no solo estaba a pie de calle en el momento justo, sino que, sobre todo, supo reaccionar a tiempo para salvar una vida.
El suceso de Sarrià no es un caso aislado, ni mucho menos. Poco a poco son muchos los farmacéuticos que han dado un paso adelante y están preparados para prestar auxilio. Y es que cada año en España se registran más de 24.500 paradas cardiacas súbitas. Es una media de 20 paradas por minuto que ocasionan más muertes que los accidentes de tráfico. Y el 16% de las paradas súbitas (6.400) se producen en espacios públicos. Ahí es donde los farmacéuticos y las farmacias pueden llegar a marcar una diferencia vital en nuestros barrios, pueblos y ciudades.
Conscientes del papel que la red de oficinas de farmacia, como establecimientos sanitarios más cercanos y accesibles a los ciudadanos, pueden jugar como primera respuesta sanitaria ante una emergencia, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid se ha preguntado cómo se debe movilizar una red de farmacias tan estratégica y profesional como la española para reducir esta mortalidad.
Será en el marco de los Cursos de Verano de El Escorial. Durante el 12 y 13 de julio se abordarán las técnicas de reanimación y el tiempo de respuesta ante una parada cardiaca, cómo activar la solidaridad de la población desde la farmacia y la importancia de la rápida localización de un desfibrilador, con qué equipos debe contar una farmacia cardioprotectora, las implicaciones legales de esta intervención, cuál es el papel de los municipios o qué tipo de formación y entrenamiento es necesario para conseguir que la farmacia pueda ofrecer una respuesta rápida ante este tipo de emergencias, entre otras cuestiones.
Claro está que no se trata de una cuestión que ataña solo al farmacéutico. Un objetivo tan ambicioso requiere una respuesta coordinada a partir de procedimientos de trabajo claros y un plan de formación adecuado para tener éxito.
Por ello, este curso reúne un plantel amplio de especialistas que participan en la gestión de situaciones de emergencia para analizar cómo se puede mejorar la respuesta institucional y cuáles son las claves para convertir las farmacias comunitarias en espacios cardioprotectores ante las emergencias sanitarias extrahospitalarias.
La oportunidad es máxima y debe ser un objetivo prioritario para nuestras autoridades sanitarias. Así lo ha entendido la Comunidad de Madrid que, a partir del mes de octubre, va a impulsar el proyecto piloto Farmacias Cardioprotectoras, en colaboración con la Facultad de Farmacia de la UCM, el COFM y la Asociación Farmacéuticos por la Reanimación Cardio Pulmonar y la Desfibrilación Precoz.
Como han demostrado los farmacéuticos durante la pandemia, salvar una vida siempre merecerá la pena. Ahora es el momento de formarse y coordinar los esfuerzos no solo de los profesionales sanitarios, sino también de las administraciones, municipios y de los propios ciudadanos para estar siempre preparados y hacerlo posible.
Juan Marqués, periodista del COFM
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