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La estación de las alergias

Llega la estación más temida por todos los alérgicos al polen: la primavera. Y lejos de ser un colectivo minoritario, se trata de un grupo de afectados que no deja de aumentar año tras año.  Entre un 10 y un 25 por ciento de la población de los países industrializados padece rinitis alérgica como consecuencia del polen, y el diagnóstico de asma se ha incrementado entre un 4 y 10 por ciento.

Hasta hace poco, esta afección era poco frecuente entre la población; sin embargo, hoy en día la alergia a pólenes puede afectar hasta al 40 por ciento y, curiosamente, pese a que hay más pólenes en el ámbito rural, los que se hacen alérgicos son los habitantes de las ciudades, donde se mezclan pólenes y contaminación.

Este año el nivel de intensidad de la alergia al polen, que afecta a unos ocho millones de españoles, será moderado en primavera en todo el centro peninsular, según las previsiones de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), que estima que se producirán concentraciones de unos 5.300 granos por metro cúbico de aire.

Según el presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC, Ángel Moral, “el uso indiscriminado de árboles como el plátano de sombra en parques y jardines de grandes ciudades, donde la contaminación ambiental es más elevada, es una de las razones para explicar el aumento de las alergias por pólenes en las ciudades. El porcentaje de pacientes polínicos alérgicos al plátano de sombra en Madrid en los años 80 era de un 2%, mientras que en el momento actual supone un 40% de los polínicos”.

Como medidas de prevención,  los alergólogos aconsejan evitar la plantación en las ciudades de especies que han demostrado ser muy alergénicas, como ocurre con las cupresáceas, que polinizan en invierno y suelen usarse  para hacer vallas vegetales, o los plátanos de sombra que polinizan durante un mes, normalmente la segunda quincena de marzo y la primera de abril, y que afectan especialmente a los asmáticos. También tienen gran importancia los olivos, que polinizan entre abril y julio y se concentran en el sur de España, y las gramíneas, que polinizan entre mayo y junio y se suelen encontrar en los descampados y en las zonas verdes con césped; en Madrid son abundantes en los alrededores de la ciudad.

La presencia de polen en el aire de la región está alcanzando estos días los niveles más altos de la primavera, con “alta concentración” en el conjunto del territorio madrileño, según la Red Palinológica de la Consejería de Sanidad de Madrid.

Hay que tener en cuenta que  una persona no nace alérgica, sino que puede llegar a hacerse alérgica en función de su exposición a algún alérgeno en cantidades mayores de lo habitual durante un tiempo prolongado o repetidas veces. También existe una predisposición hereditaria, por lo que un niño cuyos padres son alérgicos probablemente desarrolle algún tipo de sensibilización.

Los expertos en alergología aconsejan que en cuanto tengamos síntomas como estornudos intensos, lagrimeo,  mucosidad acuosa y picor intenso en los ojos, acudamos de inmediato al médico. La hipersensibilidad al polen puede derivar en afecciones más graves, como asma, tos seca, opresión en el pecho y dificultades para respirar. Según los alergólogos, una vez identificado el problema y dependiendo de la situación del paciente, se tratará con antihistamínicos o con vacunas. La vacunación por medio de alérgenos o inmunoterapia consiste en administrar regularmente dosis del mismo alérgeno para así disminuir o eliminar la sensibilidad que sufre el paciente. Es fundamental que la persona afectada siga el tratamiento pautado por el médico y consulte los niveles de pólenes en su zona, una información que puede encontrar, por provincias, en la página web de la Sociedad Española de Alergología.

3 comentarios

21 Enero, 2016 a las 10:30 pm
Marta Lovela
20 Junio, 2016 a las 7:10 pm
21 Agosto, 2016 a las 12:15 pm

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