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La enfermedad renal crónica (ERC), un problema mundial de salud pública

Desde el año 2006 se viene celebrando el segundo jueves de marzo el Día Mundial del Riñón, instaurado por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF), a las que se suman otro conjunto de organizaciones de la salud y especialistas en el área de diálisis y otros tratamientos para los riñones.

Día Mundial del Riñón Los riñones son unos órganos que se ubican a cada lado de la columna vertebral. El aspecto normal de cada uno se asemeja al de una alubia de gran tamaño. El riñón derecho se encuentra en posición más baja, al ser desplazado por el hígado. Tienen una longitud aproximada de 12 cm de largo y su peso en un adulto normal es de 150 a 170 gramos.

Las funciones principales de los riñones son la de mantener el equilibrio de agua y sales minerales en el organismo, filtrar y eliminar los desechos producidos durante la transformación de los alimentos, los medicamentos y las sustancias perjudiciales (toxinas), produciendo la orina, y regular la presión arterial, así como segregar ciertas hormonas. Además, ayuda a mantener los huesos saludables y a producir glóbulos rojos.

La enfermedad renal crónica (ERC) en el adulto es considerada como un problema mundial de salud pública que tiene una prevalencia del 10% en la población adulta española (estudio EPIRCE, 2010). La prevalencia de ERC aumenta con el envejecimiento de la población a 21,4% en mayores de 64 años y con el incremento de los factores de riesgo, como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, la dislipemia o la obesidad. Más recientemente, el análisis de la información recogida en el estudio ENRICA-Renal ha situado la prevalencia de la ERC en el 15,1%, por encima de la estimada por The Global Kidney Health Atlas para España. Por género, la prevalencia de la ERC en varones en el estudio ENRICA era del 23,1% frente al 7,3% en mujeres. También varía significativamente por la edad, pues la prevalencia crece hasta más de 30 puntos porcentuales entre sujetos menores de 44 y los de más de 65 (4,8% de prevalencia en el primer grupo y 37% en el segundo).

Los principales factores de riesgo para desarrollar la ERC a nivel mundial son la hipertensión arterial, diabetes mellitus (DM), la dislipemia, el tabaquismo y la obesidad.

La ERC es de inicio insidioso y silente, de ahí su importancia en la detección precoz. La ERC puede tener diferentes manifestaciones clínicas, como hematuria, edema o hipertensión arterial. Sin embargo, hasta fases muy avanzadas de deterioro renal no se alteran las funciones endocrina, eritropoyética y homeostática del riñón y no comienza a aparecer la sintomatología urémica. Muchos pacientes se encuentran asintomáticos y se descubre la alteración de la función renal o del urinoanálisis en una revisión rutinaria.

El manejo a nivel general de la ERC dependerá de la fase en la que se encuentre el paciente. Los consejos de educación para la salud para su prevención son:

  • No fumar
  • Seguir una dieta saludable y limitar la ingesta de sal a 5 g de sal al día
  • Realizar ejercicio cardiosaludable
  • Limitar la ingesta de alcohol
  • Controlar la presión arterial
  • Comprobar y controlar el nivel de glucosa en sangre
  • Beber suficiente agua, mínimo 2 litros al día
  • No automedicarse, hay ciertos medicamentos que pueden dañar sus riñones
  • Comprobar la función renal en caso de tener uno o más factores de riesgo (diabetes, hipertensión u obesidad)

 

Autora: Inmaculada Castillo Lozano

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