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Día Mundial del Trastorno Bipolar

El 30 de marzo fue la fecha elegida para conmemorar el Día Mundial del Trastorno Bipolar, fecha de nacimiento de Vincent Van Gogh, pintor que fue póstumamente diagnosticado de padecer este tipo de trastorno. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la sexta causa principal de discapacidad en el mundo y se estima que tiene una prevalencia del 2 al 3% en la población mundial. Aunque las mujeres pueden desarrollar los síntomas mucho más rápido, así como tener mayor número de episodios emocionales, afecta por igual a hombres y mujeres. Por lo general, comienza desde muy jóvenes, en la adolescencia o entre los 20 y los 30 años.

Si bien la causa exacta se desconoce, el trastorno bipolar parece ser el resultado de una combinación de factores.

  • Factores genéticos: es más común en aquellas personas que tienen un miembro de la familia con la afección.
  •  Factores biológicos: las investigaciones sugieren que los desequilibrios en los neurotransmisores o las hormonas pueden jugar un papel importante. Neurotransmisores como la dopamina, serotonina y acetilcolina estarían implicados dependiendo de la fase de desestabilización anímica. Hormonas como la tiroxina, también estarían implicadas.
  • Factores ambientales: los factores psicológicos (estrés o acontecimientos vitales negativos), el consumo de alcohol y otras sustancias (cocaína, anfetaminas), así como el tratamiento con algunos fármacos, podrían activar un episodio inicial en una persona susceptible.

Es una enfermedad mental en la que los episodios con síntomas alternan con episodios prácticamente asintomáticos. Los episodios duran desde unas pocas semanas hasta periodos de entre 3 y 6 meses. Los ciclos (periodo de tiempo comprendido entre el comienzo de un episodio y el inicio del siguiente) varían en longitud. Algunas personas tienen episodios infrecuentes, pocos a lo largo de toda la vida, mientras que en otras los episodios se producen 4 o más veces al año. El trastorno bipolar hace referencia a los dos extremos o polos que se presentan en los trastornos del estado de ánimo: depresión (tristeza y apatía) y manía (hiperactividad y euforia).

 

El diagnóstico del trastorno bipolar se basa en listas específicas de síntomas. La persona y sus familiares pueden responder un breve cuestionario que ayudará a evaluar el riesgo de sufrir este trastorno. Se revisa el tratamiento farmacológico para descartar que algún fármaco pueda estar relacionado con la aparición de los síntomas. Se comprueban si existen signos de otras enfermedades que puedan tener relación con los síntomas. Con un análisis de sangre se podrá detectar un posible hipertiroidismo o abuso de sustancias (también en análisis de orina).

El tratamiento debe ser personalizado, pues se centra en estabilizar el estado de ánimo de la persona y reducir la gravedad de los síntomas. Para ello, se recurre al uso de una combinación de fármacos (fundamentalmente estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos atípicos) y psicoterapia, así como una mejora de ciertos hábitos (control del estrés, regulación de los horarios de sueño) que ha de seguirse de por vida para controlar los síntomas.

 

Consejos para personas con trastorno bipolar

  • Disponer de información sobre la patología y formar parte de grupos de apoyo que proporcionan la oportunidad de compartir experiencias y sentimientos comunes.
  • Evitar la ingesta de sustancias estimulantes, como la cafeína y la nicotina, ya que pueden interferir con el sueño e intensificar la manía. El alcohol puede desencadenar cambios de estado de ánimo, empeorar la depresión e interaccionar con medicamentos que se usan comúnmente para tratar el trastorno bipolar.
  • Seguir una rutina de la forma más exhaustiva posible. Intentar despertarse, comer, irse a dormir a la misma hora todos los días.
  • Realizar ejercicio físico. Durante los momentos de manía, el ejercicio ayuda a usar la energía extra y dormir mejor. Durante los momentos de depresión, el ejercicio ayuda a levantar el ánimo por la liberación de endorfinas.
  • Llevar un registro del estado de ánimo, así se intentará conocer, qué se hace o se deja de hacer, unos días antes que pueda desencadenar los síntomas para estar alerta ante la posible aparición.
  • Los ácidos grasos omega 3 han demostrado ser eficaces para reducir los cambios del estado de ánimo en las personas que padecen trastorno bipolar.
  • Acudir a un profesional cuando se tengan síntomas con más frecuencia o empeoren.

 

Isabel Rodríguez Tejonero

Farmacéutica del Servicio Técnico-Profesional del COFM

 

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