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Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, la nutrición como base de vida

Como todos los años, el 19 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), patologías crónicas e inflamatorias del intestino que dificultan la capacidad del organismo para digerir alimentos y realizar su función de absorción de los nutrientes.

Comprende fundamentalmente dos enfermedades, caracterizadas por un proceso inflamatorio que afecta al tracto digestivo, diferenciándose ambas en la extensión de la inflamación y en los segmentos del tracto digestivo que están afectados preferentemente. Así, en la Enfermedad de Crohn (EC) la inflamación afecta a todo el espesor de la pared del tubo digestivo y puede alterar todo el tracto digestivo, pero con preferencia el íleon terminal y diferentes segmentos del colon. En la Colitis ulcerosa (CU) la inflamación afecta a mucosa y submucosa, y está localizada exclusivamente en el colon.

Fundamentalmente afecta a personas jóvenes, diagnosticándose, sobre todo, entre los 15 y los 40 años, y se da más o menos por igual en hombres y mujeres. En España, casi un 1% de la población convive con ella.

Son enfermedades de causa desconocida, autoinmunes, crónicas y no tienen tendencia a la curación. Algunas teorías proponen que existe un agente causal inicial desconocido (vírico, dietético, ambiental…) que produce unos cambios en el intestino de algunas personas. Se cree que puede estar provocada por la interacción de varios factores:

Factores ambientales

  • Dietas ricas en azúcares, hidratos de carbono refinados y baja en fibras
  • Ser fumador o exfumador multiplica el riesgo
  • Infecciones previas por Salmonella, Campylobacter
  • Fármacos como antiinflamatorios no esteroideos (AINES), antibióticos, anticonceptivos
  • Padecer otra enfermedad inmunomediada, como artritis reumatoide, psoriasis, lupus
  • El estrés y la depresión podrían estar relacionados con un aumento del riesgo de desarrollo de la enfermedad.

Factores genéticos

  • La existencia en la familia de personas con EII constituye el factor de riesgo más importante para su desarrollo. Varios estudios han asociado la enfermedad a un gen del cromosoma 16.
  • Raza o grupo étnico: las personas de raza blanca corren el mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

Alteraciones de la microbiota intestinal, también conocida como disbiosis.

Respuesta inmunitaria

  • Activación incontrolada de la respuesta inmune
  • Pérdida de tolerancia inmunológica frente a antígenos de la microbiota, que es la incapacidad de producir una respuesta específica frente a los antígenos de la microbiota intestinal.

Los síntomas son muy variados, pero de forma general se presenta diarrea, a veces con sangre, moco o pus, y dolor abdominal. Pueden aparecer otros síntomas digestivos, como los vómitos, y otros relacionados con deficiencias nutricionales, como la anemia (debilidad, palidez). Otros síntomas extraintestinales afectan a ojos, huesos y articulaciones, piel e hígado. Los niños y adolescentes pueden sufrir retrasos en el rendimiento escolar, en el desarrollo sexual y en el crecimiento. Entre las complicaciones específicas de la enfermedad de Crohn se pueden incluir la obstrucción intestinal, fístulas y fisura anal; y entre las complicaciones de colitis ulcerosa, el megacolon tóxico, orificio en el colon (colon perforado) y deshidratación grave.

El diagnóstico de esta patología puede ser complicado y tardío, especialmente en pacientes con enfermedad de Crohn, porque la inflamación puede localizarse en cualquier punto del tubo digestivo y presentar una sintomatología variada, inespecífica y atribuible a otras enfermedades. Se pueden realizar análisis clínicos (sangre, orina, heces) para identificar cualquier indicio de inflamación o infección, así como niveles de anemia y deshidratación, pruebas de imagen (radiografía, ecografía, TAC, resonancia magnética) y pruebas endoscópicas con biopsia (colonoscopia, enteroscopia, gastroscopia, cápsula endoscópica).

El tratamiento de estas enfermedades está dirigido a aliviar los síntomas más comunes. Se intenta controlar la actividad inflamatoria a nivel de la mucosa del colon y, por otro lado, frenar la respuesta inmune, usando para ello fármacos inmunosupresores y/o fármacos biológicos que actúan directamente bloqueando la respuesta inmune. La cirugía en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se indica cuando fracasa el tratamiento médico o ante una complicación grave.

Una nutrición equilibrada es vital para este tipo de pacientes. Las recomendaciones dietéticas están estructuradas según la fase en que se encuentra la enfermedad. Los alimentos y tipos de preparación culinaria se pueden ir ampliando e incorporando a los alimentos tolerados en la fase anterior.

Se recomienda:

  • Comer en horarios regulares, de forma reposada y tranquila. Masticar bien y mantenerse incorporado después de comer para mejorar la digestión.
  • Fraccionar la toma diaria de alimentos en un mínimo de 4 a 6 comidas, con ingestas poco voluminosas.
  • Evitar los alimentos que irriten la mucosa intestinal, especias y bebidas carbonatadas.
  • Ingerir líquidos con frecuencia, la rehidratación y reposición de electrolitos debe controlarse si las diarreas son recurrentes. Llevar un diario dietético para ayudar a identificar los alimentos que le sientan bien y los que le causan problemas. La dieta debe ser individualizada, según la tolerancia de cada paciente. Cuando se introduzca un alimento nuevo, hacerlo con otros que ya se sabe que le sientan bien, así se podrá ir viendo cuáles son los que se toleran y cuáles no. Cuando un alimento sienta mal, las molestias suelen aparecer después de 6 horas, si aparecen al día siguiente es poco probable que sean debidas a dicho alimento.
  • Realizar analíticas de sangre para valorar los posibles déficits nutricionales. Los más comunes son de calcio, hierro, vitamina D, B12, B9, antioxidantes, cobre y vitaminas liposolubles. El médico valorará la necesidad de tomar algún tipo de suplemento.
  • En muchos casos es importante el apoyo psicológico.

El mejor conocimiento de la enfermedad, sus causas y la investigación de nuevos tratamientos mejorará la calidad de vida de las personas afectadas.

 

 

María Isabel Rodríguez Tejonero

Doctora en Farmacia del Servicio de Información Técnica del COFM

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