Día Mundial Contra el Dolor: su tratamiento es “un derecho humano”
Hoy 17 de octubre se celebra el Día Mundial Contra el Dolor, el síntoma por el que más frecuentemente un paciente acude al farmacéutico o al médico en busca de ayuda, pero, además, uno de cada cinco de estos pacientes sufre dolor crónico y uno de cada tres tiene dolencias tan graves que no le permiten llevar una vida normal. Asimismo, es el síntoma que más habitualmente provoca la automedicación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que “el dolor es una enfermedad y su tratamiento, un derecho humano.”
Se han propuesto gran número de definiciones para el dolor, aunque la más aceptada es la de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), que define el dolor como “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con una lesión presente o potencial de los tejidos o descrita en función de dicho daño tisular”.
El dolor es una sensación molesta que limita la habilidad y la capacidad de las personas para realizar sus actividades cotidianas. Desde un punto de vista clínico, actúa como una señal de advertencia de que algo no funciona bien en el organismo.
El dolor es un concepto conocido por todos, pero que presenta connotaciones subjetivas para cada paciente. Es una experiencia individual compleja que engloba aspectos sensoriales, emocionales y sociales. Es importante comprender que un mismo dolor no es experimentado de igual manera por distintos pacientes. El componente subjetivo del dolor hace de éste el síntoma más común y a la vez más difícil de medir dentro de la valoración del estado de salud.
Existen varias maneras de clasificar el dolor. Lo más habitual es clasificarlo, según su evolución en el tiempo, en dolor agudo o dolor crónico, dependiendo de si se sufre de manera esporádica o permanente, o según a su intensidad, clasificándolo en dolor leve, moderado o severo.
Todas las personas han sentido dolor alguna vez en su vida, ya sea por una caída, una enfermedad o algún malestar. La edad donde se concentra mayor número de pacientes con dolor es en la franja de mayores de 51 años. Predomina en las mujeres (duplican el porcentaje respecto a los hombres) y los dolores más comunes son los moderados de tipo osteoarticular degenerativo. De hecho, entre el 15-20% de los pacientes que acuden al médico lo hace por este motivo.
El dolor no siempre es curable, pero hay muchas formas de tratarlo. El tratamiento depende de la causa y el tipo de dolor y puede abordarse farmacológicamente y/o físicamente (técnicas de fisioterapia, masajes, ayudas físicas, etc.), complementado en muchos casos con terapia psicológica.
En general, la recomendación de tratamiento desde la oficina de farmacia para reducir el dolor agudo se basa en el empleo de paracetamol y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) por vía oral no sujetos a prescripción médica. Se prefiere el uso de AINES tópicos para aquellos procesos donde el dolor está localizado y claramente asociado a un cuadro relacionado con contusiones, bursitis, etc.
Es importante hacer un uso responsable de los analgésicos y otros medicamentos utilizados para el tratamiento del dolor y siempre con el conocimiento y seguimiento por parte de su farmacéutico.
Texto:
Rebeca González Ginés, farmacéutica del Servicio de Información Técnica del Medicamento del COFM
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