Cuídate desde los pies
La piel del pie es diferente a la del resto del cuerpo, pues el estrato córneo es más grueso con el fin de proporcionarles mayor resistencia y dureza. Los pies realizan una importante función de soporte, ya que sobre ellos recae nuestro peso corporal y la carga que transportemos; son los encargados de realizar los desplazamientos y juegan un papel importante en el correcto funcionamiento de la circulación sanguínea.
¿Qué factores que influyen sobre el buen estado de los pies?
– Factores externos: uso de calzado inadecuado, temperaturas bajas o roces.
– Factores internos: edad, sobrepeso, envejecimiento cutáneo, deshidratación, sequedad de la piel y ciertas enfermedades, como la diabetes (pie diabético).
Alteraciones que pueden surgir en los pies
– Tendencia a resecarse: En la planta de los pies no hay glándulas sebáceas, no hay grasa, por tanto es fácil que los pies tiendan a resecarse. A veces, la capa superior de la epidermis se endurece y se producen acúmulos que forman engrosamientos, dando lugar a durezas y callos que se pueden eliminar usando limas, piedra pómez o con cremas con urea y ácido salicílico
– Mal olor: La planta de los pies, las manos y las axilas son las partes del cuerpo que tienen mayor cantidad de glándulas sudoríparas, que son las responsables de la segregación de sudor. Las bacterias que se encuentran en la superficie descomponen el sudor produciendo mal olor. Algunos productos que nos pueden ayudar a mitigarlos son:
- Desodorantes: cosméticos que atenúan o enmascaran el olor producido por el sudor en descomposición.
- Antitranspirantes: cosméticos que tienden a disminuir la secreción de sudor, como es el caso de las sales de aluminio.
– Pie de atleta o tinea pedis: Es la aparición de un cierto tipo de hongos en los pies, principalmente entre los dedos, aunque también se puede extender a otras zonas, incluso las uñas. Para combatirlos se pueden realizar baños con agua tibia y jabón, o algún fungicida, al menos una vez al día y luego secar muy bien la piel. Es importante cambiar frecuentemente los calcetines o medias (mejor que sean de algodón). Es bueno dejar los pies al aire durante cortos períodos de tiempo, pero de debe evitar caminar con los pies descalzos para no contagiar a otros habitantes de la casa. Lo mejor es utilizar calzado abierto como las sandalias.
Consejos para mantener unos pies sanos
- Secar bien los pies después de lavarlos para evitar la aparición de hongos.
- Masajear los pies con una crema hidratante para relajarlos y evitar durezas.
- Emplear plantillas acolchadas y no usar calzado apretado a diario; es mejor el calzado ancho y cómodo. Los tacones finos altos perjudican a los pies y su uso frecuente puede ocasionar juanetes y otras deformidades.
- Hacer ejercicios con los pies descalzos, así como andar de puntillas.
- Acudir al podólogo u ortopeda para tratar ciertos problemas como es el caso de los pies planos o cavos (la planta del pie está excesivamente curvada).
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