Cuidado de las prótesis externas de mama

Las prótesis externas de mama son una alternativa a la reconstrucción mamaria en mujeres que han sufrido una mastectomía o una lumpectomía. Ayudan a recuperar la imagen anterior, a recuperar la simetría corporal y constituyen la manera más rápida de llenar el espacio donde se encontraba la mama. Permiten camuflar la perdida de volumen cuando la paciente esta vestida y equilibrar el peso para evitar problemas musculares.

La utilización de una prótesis de mama externa, además de ser importante por motivos estéticos, es importante para lograr el equilibrio. La columna vertebral sostiene el peso de dos senos, en el momento en que se lleva a cabo la mastectomía y uno de ellos es extirpado, se produce un desequilibrio para la espalda que debemos compensar. El uso de este tipo de prótesis ayuda a evitar los dolores musculares en cuello y espalda causados por este desequilibrio, y además los hombros se mantienen erguidos y se mejora notablemente la postura.

Las prótesis externas de mama existen de diferentes tipos (adhesivas, moldeables, aptas para el agua), en muchas formas (simétricas o asimétricas, derechas o izquierdas), tamaños y materiales (silicona, gomaespuma o algodón). Dependiendo de la anatomía de cada paciente y del tipo de intervención quirúrgica realizada, se podrá elegir el modelo de prótesis que mejor se adapte a sus circunstancias particulares. Tras la cirugía y en el momento en el que se han retirado los puntos de la piel, se suelen recomendar de materiales suaves, como el algodón, que no irritan la piel, y de poco peso. Las prótesis de silicona se colocan a los 30-40 días, cuando el proceso de cicatrización ha terminado y la piel esta íntegra.

Las prótesis externas de silicona son suaves y flexibles, tienen una buena tolerancia cutánea, no producen alergias, tienen un tacto graso y a la presión externa ofrecen la misma consistencia que un pecho natural. En contacto con la piel adquieren rápidamente la temperatura corporal, resisten bien el calor, no se alteran en contacto con el agua, agua salada o con cloro, y se secan rápidamente sin retener humedad.

Las prótesis externas de mama se colocan en el sujetador o en el bañador/bikini, dentro de un bolsillo diseñado en la ropa para tal fin, algunas se adhieren directamente a la piel del borde superior de la mama mediante unos parches adhesivos y otras utilizan imanes (un imán se pega a la piel con un parche adhesivo, y el otro imán se ubica en la parte posterior de la prótesis). Para obtener un buen soporte y comodidad, se recomienda que el sujetador usado en todos los casos tenga tiras anchas en los hombros, banda ancha debajo de las copas y en la espalda y varios broches para sujetarlo.

Llevar una higiene correcta de este tipo de prótesis es importante no solo porque alargamos su vida útil, sino porque también evitamos causar daños en la piel. Lo ideal es lavarlas cada día con agua y jabón neutro, manualmente o con ayuda de una esponja. Después deben secarse completamente dando pequeños toques con una toalla o paño absorbente suave y guardarse en su neceser específico, donde tienen un lugar y posición concreta (generalmente con la parte cóncava hacia abajo) para evitar deformaciones. Durante su manipulación evita el uso de polvos de talco o lociones corporales en la piel alrededor de la prótesis, objetos punzantes, cortantes o abrasivos (anillos, pulseras, uñas largas, productos de limpieza agresivos, disolventes, etc.), en definitiva, cualquier material que pueda estropear la prótesis o interferir en su correcta adhesión.

Es importante que cada paciente invierta un tiempo en buscar la prótesis que se adapte bien a su anatomía y a sus características particulares, y con la cual se sienta a gusto. Desde la oficina de farmacia, debemos recomendar a nuestras pacientes adquirir productos destinados a cuidar la piel que está en contacto con la prótesis y productos específicos para su cuidado, limpieza y mantenimiento.

 

Rebeca González Ginés

Farmacéutica del Servicio Técnico de Información del COFM