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¿Cómo sé cuándo caducan mis productos cosméticos?

Los productos cosméticos forman parte de nuestra vida cotidiana y de nuestra cultura, los utilizamos todos los días en nuestra higiene y cuidado personal.

Un cosmético es una sustancia o preparado destinado a aplicarse en las diversas partes superficiales de nuestro cuerpo, o en los dientes y en la mucosa bucal, por tanto, existe un contacto del producto con el organismo y por ello es esencial que podamos confiar en su seguridad. Su función varía desde limpiar, perfumar o proteger, hasta modificar, mantener y corregir aspectos u olores corporales.

La Unión Europea (UE) establece que los productos cosméticos que tienen una durabilidad mayor de 30 meses no están obligados a indicar su fecha de caducidad, pero sí deberán indicar obligatoriamente su PAO (Period After Opening o periodo después de la apertura). Este periodo indica el tiempo en meses durante los cuales se puede utilizar el producto, desde que se abre por primera vez hasta que deja de ser seguro para su uso. Se presenta con el símbolo de un tarro con la tapa abierta y el número de meses (M) durante los que se asegura su uso sin estar deteriorado. Debe aparecer o en el estuche o en el propio producto.

 

Aquellos productos cosméticos que tienen una vida útil menor de 30 meses, tendrán que mostrar su fecha de caducidad, es decir, el tiempo máximo (mes y año) hasta la cual un producto, conservado en condiciones adecuadas, continúa cumpliendo su función inicial sin perjudicar la salud del consumidor, ante un uso normal del producto. Esta información se suele indicar con el símbolo de un reloj de arena y la leyenda “utilícese preferentemente antes de final de…”, seguido de una fecha concreta o bien de la indicación del lugar del etiquetado donde figura dicha fecha. En este tipo de productos cosméticos también es común que aparezca el PAO.

Existen algunas excepciones que no requieren PAO, como son los envases monodosis (que una vez abiertos se usan por completo y se tiran), los que no tienen riesgo de deteriorarse gracias al formato de su envase (aerosoles) o la nutricosmética (que debe atenerse a la normativa de los productos alimenticios).

El motivo de establecimiento de este período de uso del cosmético una vez abierto es que, con el paso del tiempo, los agentes externos pueden afectar a su fórmula. Una vez transcurrido este periodo de tiempo no se garantiza ni la estabilidad ni la seguridad ni la eficacia del producto. Se puede ver modificada su textura, enranciarse, perder sus propiedades, pueden sufrir una degradación por acción de diferentes microorganismos y pueden dar lugar a reacciones alérgicas o de intolerancia en el usuario como fototoxicidad.

Para establecer el PAO influyen diferentes factores:

  • la cantidad de agua o productos naturales que lleve dicho cosmético.
  • la cantidad de alcohol o pH extremo, que dificultan la proliferación de microorganismos.
  • el grupo de edad al que va dirigido.
  • el tipo de piel para el cual está indicado.
  • la zona del cuerpo donde va a aplicarse.

Los cosméticos que caducan más pronto son los que contienen más cantidad de agua, los que se aplican en zonas sensibles, como por ejemplo el ojo, o los que están destinados a los bebés.

En general, podemos establecer los siguientes PAO de los productos cosméticos ya abiertos:

  • productos de higiene infantil, el PAO puede variar de 3-12 meses.
  • desodorantes en crema o en roll-on, cremas para cuidado de la piel, tanto de rostro como de cuerpo, tónicos faciales: el PAO suele ser 12 meses.
  • coloretes en crema: de 18-24 meses
  • coloretes en polvo, correctores, maquillajes: 24 meses.
  • productos cosméticos de aplicación en el ojo o sus alrededores (mascara de ojos, sombra de ojos, desmaquillantes, cremas, lápiz de ojos, etc.) de 6-12 meses.
  • productos de limpieza corporal (champú, geles y jabones): entre 12-18 meses.
  • lacas de uñas: 12 meses.
  • fotoprotectores solares de 6-24 meses.

Para conservar en las mejores condiciones nuestros productos cosméticos podemos seguir unos sencillos consejos:

  • debemos guardarlos en un lugar fresco y seco
  • protegerlos de la luz
  • lavarnos las manos antes y después de su uso
  • cerrarlos bien después del uso
  • no compartirlos con otras personas

Antes de la aplicación de un producto cosmético, sobre todo si es la primera vez, debemos leer su prospecto, indicaciones y condiciones especiales de uso.

Recuerda que tú farmacéutico puede asesorarte y ayudarte en la elección del producto cosmético más adecuado en cada caso, además puede aconsejarte en situaciones especiales como en diversas patologías o estados fisiológicos como el embarazo, la lactancia o la menopausia.

 

Texto:

Rebeca González Ginés, farmacéutica del Servicio de Información Técnica del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. 

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