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Convivir con la dermatitis atópica

La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad crónica de la piel. “Dermatitis” significa hinchazón de la piel y “atópica” se refiere a una tendencia a desarrollar condiciones alérgicas de la piel. Suele tener un curso intermitente con brotes y remisiones.

Es más frecuente en niños que en adultos, aparece durante los primeros meses de vida y posteriormente puede desaparecer o empeorar con la edad.

Además, las personas con dermatitis atópica también pueden desarrollar rinitis alérgica o asma, es la llamada triada atópica.

Síntomas: Los síntomas característicos son sequedad de la piel, picor y eczema. En los niños pequeños y los bebés, la zona de la piel afectada de manera más común es la cara, sobre todo en las mejillas, y a medida que se van cumpliendo años, la erupción se puede propagar al cuerpo. En los adultos aparecen erupciones sobre todo en los pliegues del codo, detrás de las rodillas, en las manos y los pies y en el área interior de los codos.

Causas: No se conoce la causa, aunque es probable que la originen tanto factores genéticos como ambientales,

Tratamiento: No existe cura definitiva, pero un cuidado adecuado de la piel alivia gran parte de las molestias y reduce la aparición de nuevos brotes. Los principales objetivos del tratamiento son evitar, dentro de lo posible, los factores desencadenantes, restablecer la función barrera de la piel y mejorar la sintomatología durante los brotes.

En cuanto a los medicamentos recetados por los dermatólogos para tratar la dermatitis atópica se encuentran los corticoides tópicos por su acción antiinflamatoria, cremas  con pimecrolimus o tacrolimus, antisépticos y en algunos casos puede ser necesario el uso de antibióticos.

El baño: La higiene de la piel y el empleo de emolientes son dos estrategias fundamentales en el manejo de la dermatitis atópica. El baño tiene como objetivo remover costras y reducir la entrada de bacterias a través de la piel. Se recomiendan productos de higiene hipoalergénicos, sin perfume y con pH similar al de la piel; es menos agresivo el uso de syndet (detergentes sin jabón). El baño debe ser templado (27-30 °C) y breve (cinco minutos) ya que el exceso de calor y el contacto prolongado con agua tienden a alterar aún más la barrera cutánea. La piel se secará apoyando la toalla y sin frotar. También se aconseja usar cremas emolientes de una a tres veces en el día, sobre la piel sana y evitar su aplicación en áreas inflamadas.

Vestimenta: Es recomendable el uso de ropa de algodón, evitando la lana, el nylon y otros géneros sintéticos. También se debe lavar la ropa antes de usarla por primera vez, preferentemente con detergentes neutros, y enjuagarla bien, evitando usar suavizante. Asimismo, se debe evitar el contacto con las etiquetas de la ropa, broches y otros adornos que contengan níquel. El calzado debe ser de cuero o de tela y estar bien aireado. Las zapatillas deportivas solo se deben utilizar para hacer deporte y el menor tiempo posible.

La sudoración empeora el prurito, por lo tanto los pacientes no deben abrigarse en exceso, aunque la ropa puede ser una barrera eficaz contra el rascado. Se debe evitar rascar las lesiones, ya que pueden agravarse e incluso producirse infecciones dérmicas, por este motivo, las uñas deben estar siempre bien cortadas y limpias para no lesionar la piel.

Alimentación: En general, no hay ningún alimento contraindicado para las personas con dermatitis atópica, no obstante, hay alimentos como las fresas, el marisco o las bebidas estimulantes que pueden favorecer el picor y habrá que evitarlos cuando se observe que, tras comerlos, los síntomas de la enfermedad empeoran.

Por otro lado, la buena, o mala, alimentación de una persona se refleja en el aspecto de su piel. La falta de ciertas vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos esenciales y otras sustancias repercute negativamente sobre éste, por ello es esencial mantener una alimentación equilibrada.  En el caso de la dermatitis atópica algunas de las vitaminas y minerales esenciales para mejorar la salud de la piel son los siguientes: vitamina C, vitamina E, vitamina A y derivados (carotenoides), vitaminas del grupo B vitamina D, zinc, hierro, magnesio y selenio. También los aceites ricos en ácido graso omega-3 y omega 6. Por otra parte, algunos estudios muestran que puede ser beneficioso el uso de probióticos para controlar las manifestaciones de la dermatitis atópica.

Maquillaje de camuflaje: Para disimular las imperfecciones de la piel provocadas por la dermatitis atópica, se puede utilizar este tipo de maquillaje. Consiste en un conjunto de productos cosméticos que se aplican y se quitan diariamente para cubrir un defecto de forma transitoria. El objetivo de estas técnicas es normalizar el aspecto camuflando las lesiones y homogeneizando el tono y la textura de la superficie cutánea para obtener un efecto global que se traduzca en la mejoría del aspecto y no sólo el simple camuflaje de la lesión. Suelen tener un alto poder cubriente y algunos pacientes pueden sentir la sensación de llevar una máscara. Por ello es necesario explicar que, después de este fondo, hay que aplicar correctamente los maquillajes que aportan color (ojos, boca, pómulos), resaltando las zonas más agraciadas. De este modo conseguimos desviar la atención de las lesiones: atraer la atención sobre una zona nos permite disimular otra.

2 comentarios

27 Marzo, 2016 a las 9:09 am
Eva Gesteiro
31 Marzo, 2016 a las 11:47 pm

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