Seis consejos para disfrutar el verano con los niños
Llegan el verano y las vacaciones. Un periodo largo que ansiamos durante todo el año, pero que a veces nos hace rompernos un poco la cabeza. Lograr el equilibrio vacacional y poder compaginarlo con los hijos a veces no es tan fácil como uno puede pensar cuando no tiene niños.
Las vacaciones escolares suelen empezar en torno al día 20 de junio y las clases no se reanudan hasta principios de septiembre. Campamentos, cursillos de verano y vacaciones en el pueblo con los abuelos suelen ser los grandes aliados en estos días.
Para los padres, esta época del año se convierte muchas veces en el gran desafío para conseguir el equilibrio de poder disfrutar de cierta anarquía en las normas a la vez que se intentan mantener algunos hábitos básicos que son fundamentales para la estabilidad de los hijos.
Para conseguir esta armonía y lograr el disfrute de todos los miembros de la familia existen algunos consejos prácticos que contribuyen a mejorar este periodo tan deseado durante el año:
– Disfrutar del buen tiempo para realizar actividades fuera de casa: “Las bicicletas son para el verano”, ya lo decía en su obra maestra Fernando Fernán Gómez.
Fomentando los juegos al aire libre no solo se consigue que los niños hagan más ejercicio físico y lleguen más cansados por la noche, sino que además se desarrolla la imaginación y se mejoran las relaciones sociales. Es recomendable limitar y controlar el uso de los dispositivos móviles y consolas y promover los juegos infantiles de toda la vida.
– Mantener los buenos hábitos en las comidas: Aunque los horarios sean más flexibles, el verano no implica que los niños se salten algunas comidas. Se deben mantener las 5 comidas diarias para reforzar las buenas costumbres conseguidas durante el año escolar. Existen también buenas alternativas adaptables a las nuevas actividades y horarios. Por ejemplo, se pueden aprovechar las frutas de temporada para merendar en la piscina mientras juegan, o un bocadillo para cenar en las noches de verano.
– Continuar con una rutina de sueño: Es fundamental que el verano sea una época de descanso para los niños. Sería un error hacerles llevar el mismo ritmo que durante el curso escolar, pero se puede buscar una alternativa para dormir el mismo número de horas. Por ejemplo, acostándose un poco más tarde para levantarse también más tarde.
– Fomentar la lectura: El verano es un buen momento para inculcar el gusto por la lectura. Los niños tienen más tiempo libre y es el momento de aprovecharlo para que disfruten de un buen libro de aventuras.
– Mantener ciertas responsabilidades: Es muy compatible estar de vacaciones y seguir colaborando en tareas familiares. De este modo, cuando se inicie el curso escolar, los niños se adaptarán más fácilmente. Se pueden también disfrazar estas tareas con juegos, como ayudar a hacer la cena, la colada, etc. para que sean actividades más atractivas para ellos.
– No bajar la guardia a la hora de mantener unas normas: La educación de los hijos consume mucha energía, y por eso durante el período estival se tiende a ser más condescendiente con ellos. Hay que recordar que si permitimos ciertas actitudes, cuando llegue el nuevo curso escolar nos costará mucho esfuerzo volver a establecer los límites.
En definitiva, el sentido común y el equilibrio que otorga poner normas con flexibilidad suelen ser una fórmula acertada para conseguir unas excelentes vacaciones para disfrutar en familia, tanto los padres con los hijos como viceversa.
Desde el COFM te desaseamos unas felices vacaciones.
Texto: Belén Girón Guijarro, responsable de Marketing del COFM
Un comentario
Muy buenos consejos!. Hay que disfrutar pero sin perder los buenos hábitos.
Saludos!