Consejo farmacéutico frente a la celiaquía
El 16 de mayo es el Día de la Enfermedad Celiaca, una jornada que tiene como fin dar visibilidad y apoyo a las personas celíacas con la intención de normalizar la vida del colectivo.
Iniciativas lideradas por la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) y sus asociaciones miembros buscan no solo visibilizar esta condición, que afecta al 1% de la población española, sino también fomentar la normalización y comprensión en la sociedad.
Históricamente, en España se celebraba el 27 de mayo, pero desde 2023, FACE se ha unido al resto de asociaciones europeas, estadounidenses y australianas para celebrar el Día de la Enfermedad Celiaca el 16 de mayo. Esta unificación busca fortalecer la voz de la comunidad celíaca a nivel mundial y promover una mayor solidaridad y acción conjunta.
¿Qué es la celiaquía?
La celiaquía es una enfermedad autoinmune que afecta el revestimiento del intestino delgado, dificultando la absorción de nutrientes contenidos en los alimentos. La intolerancia al gluten, una proteína presente en cereales como trigo, avena, cebada y centeno, desencadena una respuesta inmunitaria que daña las vellosidades intestinales, comprometiendo la absorción adecuada de vitaminas y minerales.
La alteración de la absorción de los alimentos conlleva malnutrición, aunque se mantenga una ingesta adecuada. Existe un componente genético, por lo que es más frecuente en determinadas familias.
Causas
La causa exacta de la enfermedad celíaca (EC) aún no se conoce. El revestimiento de los intestinos tiene pequeñas áreas llamadas vellosidades que se proyectan hacia afuera en la abertura del intestino. Estas estructuras ayudan a absorber los nutrientes. Cuando las personas con EC consumen alimentos con gluten, su sistema inmunitario reacciona causando daño a las vellosidades intestinales. Debido a ese daño, las vellosidades son incapaces de absorber el hierro, las vitaminas y los nutrientes en forma apropiada. En consecuencia, pueden presentarse una serie de síntomas y problemas de salud.
La enfermedad se puede manifestar en cualquier momento de la vida desde la lactancia hasta la adultez avanzada. Las personas con familiares que padecen celiaquía están en mayor riesgo de presentar la enfermedad. Este trastorno es más común en las personas de origen europeo.
Síntomas
Los síntomas pueden variar de una persona a otra y esto puede dificultar el diagnóstico. Los síntomas gastrointestinales abarcan dolor abdominal, distensión, gases, estreñimiento, disminución del apetito (también puede aumentar o permanecer inalterable), diarrea constante o intermitente, náuseas y vómitos. Además de los síntomas gastrointestinales típicos, el farmacéutico debe estar alerta a manifestaciones menos comunes, como fatiga, migraña, depresión y problemas de fertilidad.
Los niños con celiaquía pueden tener: defectos en el esmalte dental y cambio de color en los dientes, retraso en la pubertad, pérdida de masa muscular, comportamiento irritable.
Diagnóstico
El diagnóstico de la EC puede ser difícil, porque los síntomas que produce esta enfermedad también aparecen en muchas otras enfermedades. Los pacientes con enfermedad celíaca tienen niveles elevados de anticuerpos contra el gluten. Si los niveles de estos anticuerpos en sangre están elevados, la manera de confirmar la enfermedad es estudiar una biopsia de la mucosa del intestino delgado. Dicha biopsia consiste en la extracción de una muestra de tejido del intestino delgado superior para ver si está o no dañado. Para realizar esta prueba es necesario que no se haya retirado el gluten de la dieta. En particular, en el caso de los niños, es crucial que los farmacéuticos remitan a los pacientes al médico para realizar pruebas específicas, como análisis serológicos o genéticos, que ayuden a confirmar o descartar la enfermedad celíaca. Además, en la farmacia comunitaria, bajo prescripción médica, se pueden dispensar pruebas de autodiagnóstico que pueden ser útiles en la detección temprana de la enfermedad.
Tratamiento
En el tratamiento de la EC tiene un doble objetivo, por un lado, eliminar la sintomatología asociada y revertir la situación de atrofia vellositaria y, por otro lado, evitar el desarrollo de complicaciones a medio-largo plazo.
No existe tratamiento farmacológico per se para tratar la EC ni para posibilitar que las personas celiacas puedan consumir gluten. La única aproximación actual al tratamiento de la EC que ha demostrado efectividad y seguridad es una dieta libre de gluten durante toda la vida para pacientes tanto sintomáticos como asintomáticos. Es decir, el tratamiento principal de la EC se basa en la exclusión de cualquier alimento que pueda contener trigo, centeno, cebada y sus variedades e híbridos, así como productos derivados de estos cereales.
Una dieta sin gluten estricta revierte las lesiones intestinales y las alteraciones funcionales.
Cuando una persona con EC elimina el gluten de su dieta, durante los primeros días observará una mejoría en las molestias abdominales y la diarrea desaparecerá durante las primeras semanas. No obstante, para observar una normalización en los niveles de anticuerpos se necesitarán entre 6-12 meses y para la recuperación de la mucosa intestinal serán necesarios entre 12-24 meses.
En la farmacia existen productos para el autodiagnóstico in vitro para cuya dispensación se requerirá de la correspondiente prescripción médica. Este tipo de pruebas son prescritos ante la presencia de sintomatología sospechosa y antes de continuar con las pruebas diagnósticas específicas.
Actuación farmacéutica frente a la celiaquía
El farmacéutico desempeña un papel crucial en el manejo de la celiaquía, y es un aliado esencial en el proceso de adaptación a esta condición médica, proporcionando educación sanitaria, orientación dietética y asesoramiento sobre el uso de medicamentos.
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Uno de los primeros desafíos a los que se enfrenta una persona recién diagnosticada con celiaquía es la modificación de su dieta. En este sentido, el farmacéutico desempeña un papel fundamental al proporcionar orientación sobre qué alimentos evitar y cuáles son seguros para consumir. Esto, no solo ayuda a aliviar los síntomas, sino que también contribuye a prevenir complicaciones relacionadas con la enfermedad. Además, el farmacéutico puede ofrecer información sobre medicamentos libres de gluten y brindar seguimiento para detectar posibles reacciones adversas, incluso en productos como pastas de dientes y cosméticos.
Otro aspecto crucial es la capacitación de los pacientes para interpretar etiquetas de alimentos y medicamentos. Dado que el gluten puede estar presente de manera oculta, es fundamental que las personas con celiaquía aprendan a identificarlo en los productos que consumen. El farmacéutico puede proporcionar orientación sobre cómo leer etiquetas y prospectos, ofreciendo claridad y seguridad en la elección de productos adecuados.
El gluten, almidones y derivados son excipientes de declaración obligatoria, por lo tanto, deben aparecer tanto en el cartonaje como en el prospecto y ficha técnica del medicamento que lo contenga.
Desde la farmacia podemos dispensar productos que no necesitan receta y que permiten la detección de gluten en alimentos, orina o heces y que van a servir para que la persona celiaca compruebe su adherencia a la dieta sin gluten o ver si un alimento o bebida contiene gluten y por lo tanto puede o no ser consumido.
Por último, cabe recordar que las personas con EC pueden presentar carencias nutricionales (calcio, vitamina D, vitamina B12) por lo que puede ser indicado el uso de complementos vitamínicos y minerales para cubrir estas necesidades. En este sentido, su farmacéutico seleccionará una opción que no contenga gluten y se informará de que no es necesario el uso de este tipo de productos de forma continuada si la dieta libre de gluten es variada y equilibrada.
Antonino Ciulla
Servicio de Información Técnico Profesional COFM
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