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Cáncer de ovario, no olvides tus revisiones ginecológicas periódicas

El 8 de mayo se celebra el Día Mundial del Cáncer de Ovario con la intención de concienciar a las mujeres de la importancia de las revisiones ginecológicas, ya que estas pueden salvar vidas.

Los ovarios están dispuestos a ambos lados del útero y su función es la secreción de progesterona, estrógenos y la producción de ovocitos. Cuando llega la menopausia estas funciones desaparecen.

Se denomina cáncer ovárico al conjunto de neoplasias que se originan cerca del ovario o en él. Se clasifican en función de las células de las que parten siendo el carcinoma epitelial el responsable en casi el 90% de casos. En este caso, el tumor se origina en la superficie del ovario. El resto pueden originarse en el tejido conjuntivo, es decir en las células del estroma o en las células germinales.

Suele presentarse a partir de los 50 años tras la menopausia. La mayoría aparecen de forma esporádica y afectan a mujeres sin predisposición genética ni factores de riesgo aparentes.

Los síntomas suelen aparecen cuando está en fases avanzadas y empiezan siendo inespecíficos, como pueden ser la pérdida de peso, de apetito, molestias abdominales… continuando con distensión abdominal, sensación de saciedad (aun comiendo muy poca cantidad), dolor de espalda, problemas de estreñimiento, molestias urinarias… Rara vez aparece sangrado vaginal. Las neoplasias de ovario suelen ser indoloras, salvo que haya torsión.

Las causas siguen siendo desconocidas, pero se ha visto que hay algunos factores de riesgo que podrían desencadenarlo:

  • Mutación en los genes BRCA1 y BRCA2, pero no todas las mujeres que presentan dicha mutación desarrollan un cáncer. Aproximadamente una quinta parte de los cánceres de ovario se asocian a esta alteración que suele ser hereditaria.
  • Antecedentes familiares de cáncer de ovario y/o mama.
  • Menopausia tardía.
  • Menarquia en edad temprana.
  • No tener hijos o tenerlos tarde.
  • Uso de terapia hormonal después de la menopausia.
  • No haber utilizado anticonceptivos orales
  • Uso de talco. Algún estudio sugiere que, por la exposición al polvo, en distintos productos íntimos, las partículas podrían ascender a través de la vagina e influir, aunque no son datos concluyentes.
  • Dieta rica en grasas.

 

En cuanto al diagnóstico, en sus inicios es difícil de detectar, no hay un método eficaz de diagnóstico temprano, ya que, como hemos comentado anteriormente, la sintomatología es inespecífica y se puede confundir con otras patologías más benignas. Son muy importantes las revisiones ginecológicas periódicas, en las que mediante las ecografías vaginales se puede valorar el estado de los ovarios pudiendo detectar su aumento de tamaño. En los casos en los que se sospeche la existencia del cáncer se llevarán a cabo distintas pruebas, como resonancia magnética, TAC…, así como marcadores tumorales CA12.5 en pruebas analíticas. Cuando una paciente presenta una masa ovárica localizada hay que determinar si el tumor es benigno o maligno y si se ha iniciado en el ovario o si ha aparecido como consecuencia de la metástasis de otro órgano.

El tratamiento lo valorará el oncólogo, dependerá del tipo de cáncer que sea y el estadio en el que se encuentre. Generalmente se utiliza cirugía y quimioterapia.

El pronóstico del cáncer de ovario depende del estadio inicial de la enfermedad, Ha ido mejorando en las últimas décadas, estando la supervivencia en España por encima de la media europea. A nivel general, en torno al 44% de las pacientes que lo sufren sobreviven más de 5 años.

 

Isabel López Quiroga

Farmacéutica del Servicio de Información Técnica

 

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