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La cal y la arena del proyecto de Ley de Servicios profesionales

Una de las preocupaciones de los profesionales durante la presente legislatura ha sido el proyecto de Ley de Servicios Profesionales, impulsado por el Ministerio de Economía. En dicho proyecto, en aras de fomentar la competitividad reclamada desde los órganos de la Europa comunitaria, se llevaba a cabo un drástica desrregulación de muchas profesiones. En el caso de los farmacéuticos se respetaba la colegiación obligatoria, pero en unas condiciones que precarizaban el funcionamiento y la financiación de las corporaciones con mayor número de colegiados, como es el caso del COFM.

Con una fuerte resistencia de la Unión Interprofesional (agrupación de colegios profesionales), el Gobierno ha decidido retrasar sine die la aprobación de dicho proyecto de Ley, lo que puede interpretarse, dado el calendario electoral, como un replanteamiento sobre la oportunidad de la norma. Si aplicamos el dicho del refranero popular “una de cal y otra de arena”, sobre la cal, o lo malo que representaba el proyecto de ley, el Gobierno ha dado una palada de arena, lo bueno, que mitiga los efectos abrasivos de la cal.

Ahora bien, podría ser que el verdadero sentido de la expresión no fuera la dicotomía entre algo bueno y algo malo sino que entre dos cosas totalmente distintas. La cal y la arena se anteponen como materiales totalmente opuestos, que nada tienen que ver el uno con el otro, por lo que al dar una de cal y otra de arena se está dando algo totalmente antagónico en cada caso.

En efecto, la derregulación absoluta que se reclama fundamentalmente desde las estructuras de mercado anglosajonas puede favorecer la competitividad, aunque también hay que advertir que en términos absolutos esa hiperliberalización termina en un monopolio de grandes multinacionales dueñas de todo lo que mueve. La regulación de las profesiones, estableciendo una ordenación de las mismas con la vista puesta en la defensa de los derechos de los ciudadanos, puede permitir una organización social más equitativa y mejor planificada. No hablamos pues de algo malo y algo bueno, sino de planteamientos antagónicos y, por tanto, no debemos equivocarnos en cual merece nuestro apoyo.

En la imagen, el Desierto de los Pináculos en el Parque Nacional Nanbumg (Australia), una formación natural de cal y arena. Los pináculos son restos de dunas en cuyo interior la cal, la arena y la lluvia ácida dieron lugar a un proceso natural de cementación, después erosionado por el viento.

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