Bronquiolitis
La bronquiolitis es una infección vírica aguda de las vías respiratorias bajas, que afecta sobre todo a niños menores de 18 meses.
La mayor parte de los casos se diagnostican entre noviembre y abril, con una incidencia máxima en enero y febrero, aunque algunos expertos aseguran que existen casos de contagio por el virus durante todo el año.
Causas
El principal causante de bronquiolitis es el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). La infección comienza en el tracto respiratorio superior y en pocos días se extiende hacia la vía aérea baja, se inflaman los bronquios y los bronquiolos, que son los conductos más pequeños que llevan el aire dentro del pulmón.
Síntomas
Al principio de la enfermedad, los síntomas más comunes de la bronquiolitis suelen ser los mismos que aparecerían en una gripe normal: congestión nasal, tos leve, mucosidad y fiebre.
Posteriormente, se inflaman los bronquiolos dificultando el paso de aire y resultando difícil respirar (respiración rápida, marcando las costillas o moviendo mucho el abdomen). Se escuchan “silbidos” al auscultar al niño. Algunos niños pueden tener dificultad para alimentarse y a veces pueden presentar algún vómito y/o atragantamiento.
Se debería acudir al pediatra si el niño:
- Respira muy agitado
- La piel se le hunde entre las costillas
- Rechaza o presenta dificultad para ingerir los alimentos
- Está muy agitado o bien muy dormido
- Tiene fiebre muy alta
- Emite un quejido al respirar
- Presenta color azul en los labios o las uñas espontáneamente o con la tos
- Hace pausas respiratorias
Esta enfermedad suele durar entre 7 y 32 días, aunque la media de duración es de 15 días.
Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo de la bronquiolitis aguda son:
- Edad inferior a seis meses
- Prematuridad: Los bebés prematuros son más vulnerables porque sus vías respiratorias están menos desarrolladas y disponen de menos anticuerpos de transferencia materna
- Inmunodeficiencia
- Enfermedad pulmonar crónica
- Cardiopatía congénita
- Bebés con Síndrome de Down, por sus características físicas, alteraciones morfológicas de las vías respiratorias superiores e inferiores y alteraciones inmunológicas
- Asistencia a guardería o tener hermanos mayores
- Sexo masculino
- Tabaquismo pasivo, sobre todo exposición al tabaco durante la gestación
- Lactancia materna durante menos de dos meses; se recomienda mantenerla al menos durante cuatro meses
- Nivel socioeconómico bajo
Formas de contagio
Se contagia principalmente tocando objetos contaminados con el virus (juguetes, chupetes en los que suelen quedarse gotas de saliva o mucosidad con el virus) y luego tocándose los ojos, la nariz o la boca. El virus mantiene su capacidad infecciosa durante varias horas en cualquier superficie.
También puede producirse el contagio respirando las pequeñas gotas que genera la persona que tiene el virus al toser o estornudar.
Prevención
Debido a que el virus se extiende con facilidad por el contacto, se recomienda adoptar una serie de medidas higiénicas y de carácter preventivo:
- Mantener una higiene personal y de los objetos que puedan estar en contacto con el bebé, además de limpiar las superficies donde haya podido estar una persona que padecía la enfermedad.
- Utilizar pañuelos desechablespara evitar que los virus circulen, tirándolos inmediatamente después de su uso.
- Evitar los ambientes muy cargados o exponer a los bebés al humo del tabaco,ya que dificulta la entrada de oxígeno en las vías respiratorias y facilita el contagio del virus.
Tratamiento
Hasta el momento no existe una vacuna para prevenir la enfermedad, aunque está en estudio y desarrollo.
La mayoría de los medicamentos que se han probado para la bronquiolitis no han demostrado mejorar los síntomas. Al ser una enfermedad producida por virus, no responde al tratamiento con antibióticos.
Consejos para cuidar al paciente con bronquiolitis
Antes de comer y de dormir conviene despejar las fosas nasales, haciendo un lavado nasal con suero fisiológico.
Para facilitar la alimentación del niño, se recomienda administrar menos cantidad de alimento pero más frecuentemente.
Elevar un poco la cabecera de la cuna ayuda a respirar algo mejor.
Si se tiene fiebre, se pueden administrar antitérmicos como el paracetamol y el ibuprofeno (en mayores de 6 meses); destapar al niño o realizar baños con agua templada.
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