Archivos

Actividad física y medicamentos

En el siglo XXI ya no hay duda y tenemos evidencia de que la práctica del ejercicio moderado tiene importantes beneficios para la salud.

Según la OMS,”la actividad física regular contribuye a la prevención y gestión de enfermedades no transmisibles como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes, reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad, mejora las habilidades de razonamiento, aprendizaje y juicio, asegura el crecimiento y el desarrollo saludable de los jóvenes”, en definitiva, mejora el bienestar general.

Bien es cierto que, a nivel mundial, no se alcanzan los niveles de actividad física recomendados, pero la sociedad está cada vez más concienciada, y ya están incluidos salud y bienestar como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la Agenda 2030.

En la práctica diaria los farmacéuticos son clave, importantes y de fácil acceso para hacer llegar a muchos pacientes información útil con el objetivo de realizar ejercicio de forma segura y saludable, sobre todo en los casos en los que estos pacientes estén con tratamientos farmacológicos o aquellas personas que intentan automedicarse para obtener alguna ventaja deportiva tales como fuerza, reacción, resistencia y que puedan poner en riesgo su salud. Con su intervención el farmacéutico aconsejará lo más adecuado o remitirá al médico en aquellos casos en los que exista daño o riesgo.

En general, los medicamentos son seguros y en muchos casos hay afecciones que mejoran con la combinación del tratamiento farmacológico y la práctica de ejercicio. Un ejemplo de ello es la diabetes, en la que el ejercicio físico forma parte del tratamiento al ayudar a controlar el peso y evitar la obesidad.  Además, al aumentar la utilización de la glucosa por el músculo con el ejercicio, mejora la sensibilidad a la insulina, este punto es importante porque puede ayudar a que el paciente requiera menos dosis de insulina o antidiabéticos orales, por lo que en este tipo de pacientes podemos estar vigilantes desde la farmacia. Es importante que estos pacientes sepan que si realizan ejercicio de forma regular lo indiquen a su médico para el reajuste de su tratamiento farmacológico y evitar situaciones de hipoglucemia.

Recomendaciones a estos pacientes:

  • Verificar el nivel de glucemia antes de la actividad física: Entre 100 y 250mg/dl.
  • Si el nivel es menor de 100mg/dl se aconseja antes tomar alguna fruta.
  • Si el nivel es mayor de 250mg/dl se deben medir los niveles de cuerpos cetónicos, suspendiendo el ejercicio físico si el resultado fuera elevado, para evitar la cetoacidosis.
  • Hidratarse bien antes y durante la actividad física.
  • No se debe comenzar la actividad si tenemos hipoglucemia, en estos casos la recomendación es esperar y tomar 15 -20g de hidratos de carbono de absorción rápida como por ejemplo tomar algún zumo natural azucarado o 4 terrones de azúcar.
  • En casos de ejercicios de alta intensidad se aumentarán los niveles de glucosa debido al aumento de la hormona del estrés, por lo que lo recomendable es controlar los niveles de glucosa antes, durante y después del ejercicio. Esto ayudará al médico a adaptar convenientemente la actividad física del paciente, los hidratos carbono que debe tomar y la dosis de insulina que tiene utilizar.
  • En casos de que los pacientes tengan una diabetes no controlada deberemos remitir al médico, ya que la práctica de ejercicio puede suponer un riesgo.

Un ejemplo contrario, en el que el ejercicio puede ser contraproducente, puede darse en pacientes que estén tomando antibióticos, en estos casos dependerá del tipo de infección y los síntomas que tenga el paciente.

En enfermedades infecciosas, que puedan ser tanto víricas como bacterianas, el sistema inmunitario del paciente está activado y el cuerpo va a requerir energía y otros sustratos para poder recuperarse. Como hemos mencionado, el ejercicio eleva los niveles de estrés, y en estos casos es conveniente descansar y ahorrar energía que nuestro sistema inmune va a necesitar.

En cuadros que cursan con fiebre se puede agravar la situación perdiendo líquido y la deshidratación puede acelerarse con el ejercicio físico, además de elevar más la temperatura.

Dependiendo del tipo de infección, y en el caso más concreto de pacientes que tengan prescritos antibióticos, debemos tener en cuenta que pueden producir algún efecto no deseado de tipo gastrointestinal, diarrea, deshidratación, alterar el ritmo cardíaco y afectar al rendimiento.

Recomendaciones

Es aconsejable, por tanto, no realizar ejercicio hasta que remita la enfermedad o hasta que los síntomas disminuyan y dejar actuar al antibiótico, reforzando el tratamiento con buena hidratación, alimentación y descanso.

Betabloqueantes.

  • En afecciones como taquicardias, angina, fibrilación, arritmias, hipertensión, se suelen prescribir medicamentos como el atenolol, metoprolol, lopresor, propanolol…
  • Estos medicamentos son betabloqueantes, reducen la frecuencia cardíaca, esto disminuye la fuerza con la que el músculo cardíaco se contrae, y reducen la presión arterial.

 

Recomendaciones en la práctica de ejercicio.

  • Es aconsejable controlar la frecuencia cardíaca durante el ejercicio para conseguir la intensidad de ejercicio adecuada, el médico puede indicarle una frecuencia cardíaca objetivo mediante una prueba de esfuerzo.
  • El ejercicio debe ser moderado y no excesivamente intenso.

Diuréticos

En caso de utilizar también diuréticos, es importante recomendar con mayor relevancia una buena hidratación y evitar el calor.

En el caso de medicamentos que pueden afectar a la atención y en algunos casos provocar somnolencia entre los que se encuentran algunos antihistamínicos, antidepresivos, la recomendación para estos pacientes es precaución sobre todo en deportes de conducción de vehículos, buceo, natación o deportes de montaña.

Pacientes con anticoagulantes

  • Estos pacientes se tratan con medicamentos del tipo acenocumarol,  Warfarina entre otros.
  • En este tipo de pacientes también es importante adaptar la práctica de la actividad física al tratamiento, por lo que la realización de ejercicios violentos y deportes de contacto o colisión están contraindicados por el riesgo de hemorragia. Mejor se aconseja para estos pacientes ejercicios como, caminar, correr, nadar, bailar y realizarlos en entornos controlados.
  • Salvo el caso específico de los deportistas profesionales; en el que los requerimientos, condiciones, objetivos y prohibiciones antidopaje, por causa de la competición puede diferenciarse enormemente con el resto de las personas con otras profesiones; realizar ejercicio debería proporcionarnos bienestar, mejora y salud. En ningún caso producirnos daño.

Consulta con tu farmacia de confianza cualquier duda que tengas y no te automediques.

 

Rosario Sánchez Monsálvez

Farmacéutica del Departamento de Información técnica del COFM.

Dejar un comentario