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¿Y cuándo llega la enfermera?

Cada uno se debe a sus propios intereses y se retrata cuando llega la ocasión. Así está sucediendo con la tramitación del proyecto de Ley de Farmacia en la Asamblea regional, donde estamos viendo cómo se juega con las aspiraciones profesionales de un colectivo que está aportando soluciones a problemas sociales complejos, como es la atención de nuestros mayores. Y lo que es peor, estamos presenciando cómo se ofrece cobertura política a los ataques cargados de infinitas dosis de demagogia para frenar propuestas legítimas y eficaces que ofrecen valor sanitario y social a los ciudadanos.

Por nuestra parte, lo tenemos claro. Nuestros intereses coinciden con los de los pacientes y, por eso, vamos a perseguir hasta el final la inclusión de la atención farmacéutica domiciliaria. Estamos convencidos de que responde a las necesidades reales de los pacientes.

El estupendo trabajo desarrollado por la titular de la oficina de farmacia de El Boalo, un municipio rural de la sierra madrileña, y la valentía y liderazgo demostrados por su alcalde a la hora de buscar y apoyar soluciones a las demandas sociosanitarias de sus vecinos merecen que la profesión se vuelque a fondo en esta iniciativa que ha demostrado seguridad y resultados en salud, además de proyección para luchar contra la despoblación, el aislamiento y la soledad de tantos mayores que viven en el ámbito rural.

Y es que hay quien se cuestiona todavía que no existen experiencias en el mundo como la atención farmacéutica domiciliaria que queremos regular en Madrid. Desde luego que quien no quiera buscarlas no las encontrará, pero además de El Boalo, ya nos hemos hecho eco del programa del País Vasco y hemos dado cuenta también de lo que sucede en muchos países, donde sí están avanzando y aprovechando como se merece el potencial que tienen las farmacias y sus profesionales para introducir cambios y reformas que mejoren la vida y la salud de los ciudadanos.

Quien no quiera verlo o prefiera hacer cálculos electorales pensando que es lo mejor para sus intereses está simplemente haciendo lo mismo que antes hicieron otros y perdiendo la oportunidad de reformar un Sistema Nacional de Salud paralizado por las luchas políticas y corporativas que nada tienen que ver con las necesidades de los ciudadanos.

A todos ellos les tocará explicar, no solo a los seis pacientes mayores atendidos por la farmacéutica de El Boalo, sino a los cientos de mayores dependientes que están solos en sus hogares y que se pueden beneficiar de esta apuesta farmacéutica, por qué nadie les atiende, cuándo les llegará la enfermera y a quién tienen que llamar cuando están confundidos con su medicación si su centro de salud cierra las puertas a las dos de la tarde.

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