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Veneno y precios de referencia

“Sólo la dosis hace el veneno”, este concepto original Theophrastus Bombastus von Hohenheim, más conocido como Paracelso, médico suizo del siglo XVI, es la base de la toxicología, pero también puede extrapolarse a cualquier aspecto de la vida cotidiana. La dosis, la justa medida, el equilibrio, resultan claves para que cualquier cosa: el frío, el calor, la lluvia, la sequía, la comida, la bebida… resulte escasa, satisfactoria o excesiva con sus correspondientes consecuencias.

El sistema de precios de referencia de los medicamentos en España, fue positivo desde su implantación en 1999 hasta el año 2003, como una medida destinada a la sostenibilidad del sistema sanitario público a través de la racionalización del gasto farmacéutico. El cálculo de los precios de referencia se hacía por una media ponderada de los que cubrían hasta un 20 por ciento de la cuota de mercado nacional, ello garantizaba la capacidad de suministro del fabricante en cualquier punto de nuestra geografía. Pero esa dosis de equilibrio se rompió en mayo de 2003, y no ha dejado  de empeorar, cuando el criterio para calcular los precios de referencia pasó a estar basado exclusivamente en los precios más bajos, con independencia de su cuota de mercado e incluso de su comercialización real. Es un procedimiento que ha llegado al paroxismo, a convertirse en veneno para la prestación farmacéutica, que no garantiza la capacidad de abastecimiento, puesto que muchos de los que han conseguido una autorización de comercialización a un precio ínfimo no tienen ni capacidad, ni ganas de llegar a todo el mercado nacional.

La próxima Orden de Precios de Referencia continúa en la misma línea. Llevando el precio de algunos medicamentos por debajo del de las gominolas y, según lo visto en el anteproyecto, con un listado de 9.000 referencias de aplicación inmediata, con más de 300 referencias que el propio nomenclátor indica que no están, además de otras 400 de las que la Agencia Española Medicamentos y Productos Sanitarios y el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos señalan que están de alta pero no comercializadas.

En la imagen, representación de la serpiente mercurial, el principio de la que proceden los tres ingredientes básicos de alquimia de Paracelso: azufre, mercurio y sal, en una de las ilustraciones del “Clavis Artis” (publicado en Alemania a finales del siglo XVII), conservado en la Biblioteca Pública Hortis, de Triestre.

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