Tabaco y boticas: ¡Uff, historia pasada!
Los usos y costumbres sociales llegan a cambiar de manera radical. Un ejemplo muy curioso es el tabaco y la acción de fumarlo, que dicen nació como una necesidad, convertida en rito, de mantener el fuego. En 1492 Rodrigo Jerez, uno de los marineros que acompañó a Colón en el primer viaje al Nuevo Mundo, introdujo el tabaco y la costumbre de fumarlo en España.
Durante muchos años el tabaco se vendió en las boticas como producto medicinal recomendado para casi todos los males y dolencias según fórmulas de lo más variado y pintoresco.
Nicolás Monardes, médico y botánico sevillano del siglo XVI, fue el primero en estudiar y describir, con espíritu científico, sobre este tema. En una famosa obra que se tradujo a varios idiomas recogió y divulgó las principales aplicaciones medicinales que reconocían esta planta como panacea casi universal.
Veamos, en nuestros días de forma casi anecdótica, algunas de las formas en que se llegó a emplear el tabaco en los siglos XVI y XVII, tal como son descritas por médicos y escritores de la época:
- Para curar el dolor de cabeza: “Anse de poner las hojas calientes sobre el dolor y multiplicándolas las veces que fuera menester, hasta que el dolor se quite: algunos las untan con aceite y azahar y hacen muy buena obra”.
- Dolores reumáticos: “Cuando por reumas, o por aire, o por otra causa fría se envaran las cervices, puestas las hojas calientes del tabaco en el dolor o envaramiento, lo quita y resuelve y quedan libres del mal”.
- Para las lombrices: “El cocimiento de la hierba hecho jarabe, tomado en muy poca cantidad, y el zumo de ella puesto en el ombligo, matan toda clase de gusanos o cucurbitinas”.
- Como purgante: “Sirve el tabaco seco en hojas entre algunos para purgarse con él, echado en infusión la noche antes”.
Cuando en estos días acabamos de celebrar el Día Mundial Sin Tabaco y las farmacias son establecimientos referentes en la lucha antitabáquica, resulta anecdótica la mayoría de la Medicina y la Farmacia anterior al siglo XX. Hoy, el consejo y la intervención de los farmacéuticos, representa una importante ayuda para todos aquellos ciudadanos que quieren dejar de fumar.
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