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Publicidad de medicamentos (2)

Hoy por hoy son bien conocidos los efectos perjudiciales de fumar para todo el mundo y muy especialmente para aquellos que padecen afecciones cardiacas y pulmonares, y dentro de estas, el asma, una enfermedad crónica de los pulmones que inflama y estrecha las vías respiratorias. Por ello, llama la atención que  durante varias décadas en la transición entre los siglo XIX y XX se publicitaran “cigarrillos contra el asma” cuya venta se realizaba en las farmacias.

España no fue ajena a este tipo de indicaciones. Entre 1870 y 1920 es recurrente encontrar en publicaciones como “La Ilustración española y americana”, de Madrid; o de provincias, como “El Diario de San Sebastián”, o “El Eco de Cartagena”, entre otras muchas, publicidad de cigarrillos contra el asma. Una de las marcas más conocidas fue la de “Los cigarrillos indios de Grimault y Cia”, de París, pero que especificaban que su venta se llevaba a cabo en todas las farmacias. Según se indicaba en sus prospectos: “todos los remedios preconizados hasta hoy para combatir el asma, no han sido más que paliativos, más o menos calmantes, con base de belladona, de estramonio o de opio. Recientes experimentos hechos en Alemania y repetidos en Francia y en Inglaterra han probado que el cáñamo índico de Bengala posee notables propiedades para combatir con éxito seguro, no sólo esa terrible enfermedad, sino también la tos nerviosa, la insomnia, la tisis laríngea, la ronquera, la extinción de voz y las neuralgias faciales. Apoyados en estos experimentos científicos, ofrecemos al público nuestros cigarrillos hechos con el extracto del cáñamo índico que nuestra casa importa directamente de Bombay. Depósitos en Madrid: Doctor Simón, Caballero de Gracia, núm. 3; Borrell, Puerta del Sol; Ulzurrun, Barrio-Nuevo, y en todas las principales farmacias de España”.

La clave supuestamente terapéutica se basaba pues en el cáñamo indio (Cannabis sativa). Científicos de prestigio como Emilio Cabello Gutiérrez, que en 1882 publicó la primera edición de su obra “Los medicamentos modernos”, por cierto dedicada a la Academia Médico Quirúrgica y al Colegio de Farmacéuticos de Madrid, señalaban: “el cáñamo indio tiene propiedades hipnóticas y anodinas bien determinadas y bajo este concepto puede prestar excelentes servicios en el tratamiento de ciertas afecciones. Se recomienda eficazmente en la corea, delirium tremens, tétanos, neuralgias y especialmente en los enfermos que han abusado del opio”. No obstante, el propio Cabello Gutiérrez advierte en su obra: “es tal el abuso que de este agente se hace que son infinitas las personas que sólo por placer y a condición de proporcionarse un sueño lleno de agradables visiones, toman cantidades más que suficientes para producir la muerte a varios individuos cuya naturaleza no estuviese habituada a esta droga”.

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