¿Cómo proteger a nuestros hijos en la vuelta al colegio?

Después de más de seis meses, nuestros hijos afrontan escalonadamente la vuelta al colegio. Sabemos que era necesario devolver a nuestras vidas la sociabilidad y la enseñanza mirándose a los ojos, fundamental para los más pequeños. Pero, en tiempos de pandemia, situación inédita para todas las generaciones con hijos en edad escolar o universitaria, son muchas las preocupaciones de los padres. Y también para los niños, aunque no sepan cómo expresar su intranquilidad; o los adolescentes, con dificultades para gestionar sus emociones.

La responsabilidad de seguridad y protección fraternal se ha elevado a cotas insospechadas desde que la alerta COVID convive con nuestros desasosiegos. ¿Están nuestros hijos seguros, lo estamos los padres, el contagio de alguno de los convivientes paralizará la vida laboral y académica de la unidad familiar? Es mucho a lo que nos arriesgamos ahora que retomamos nuestros trabajos y la jornada escolar.

De las autoridades sanitarias depende nuestra seguridad, pero también de nuestro sentido de la responsabilidad para evitar exponernos al virus. De nada sirve todas las restricciones impuestas y los consejos sanitarios si no los cumplimos. Cierto es que a veces andamos muy perdidos, demasiada información cambiante y mucha poco fiable. Por eso, no dudes jamás en sondear a los profesionales y el más cercano y accesible es tu farmacéutico. Acude a él, como siempre, para pedirle consejo.

¿Qué puedo hacer para que mis hijos vayan al colegio lo más protegidos posible? En este post te ofrecemos una serie de recomendaciones, que igualmente sirven para los adultos. El kit de seguridad de la mochila de los niños es aplicable a ti en un bolso, cartera o mochila.

-Este año no optes por una mochila con ruedas para no meter en casa (o en clase) lo que hemos arrastrado por la calle.

–Dos mascarillas (una puesta y otra de repuesto para cuando la anterior esté húmeda o sucia). Lo ideal es llevarlas marcadas con el nombre del niño para que no se las cambien o confundan, pero nos les bordes el nombre. Márcalas con un rotulador indeleble o con una cinta de tela adhesiva, al igual que hacemos con las prendas de los uniformes para que no se pierdan. Si no tienes portamascarillas porque el coste es excesivo, es igual de seguro una bolsita de tela o un sobre de papel (uno con el número 1 y otro con el 2 y ambos con el nombre y apellidos del niño). Así, por ejemplo, el niño sabrá que va al cole con la número 1, para comer guarda la 1 en su portamascarillas/sobre/bolsita 1 y después se pone la 2.

–Zapatillas en una bolsa de tela, de tal forma que no entre en clase con las que viene de la calle y tampoco en casa.

–Un bote pequeño de gel hidroalcóholico, además del lavado frecuente de manos. Debemos asegurarnos de que tenga la concentración de alcohol adecuada, nunca inferior a un 60%. Para niños con problemas dermatológicos, jabón específico para pieles sensibles.

-Pañuelos desechables.

Asimismo, otra de nuestras inquietudes es qué mascarilla es la adecuada para nuestros hijos. Es sabido que unas nos protegen del exterior, otras impiden que los posibles gérmenes que podamos tener salgan al exterior y otras cumplen ambas funciones. De esta forma, todo dependerá de nuestro estado de salud o de poder contagiar. La recomendación sería:

-Niños con patologías de base (inmunodeprimidos, diabéticos…): FFP2-KN95, aporta un mayor nivel de protección.

–Niños con COVID positivo o con síntomas compatibles con la COVID-19, mascarillas quirúrgicas.

–Resto de niños, mascarillas higiénicas reutilizables o no reutilizables que cumplan la norma UNE 0065:2020 o norma UNE 0064-2:2020. Es importante cumplir las indicaciones del fabricante respecto a la limpieza y el número de lavados.

Texto:

Blanca Benavent García, directora de Comunicación del COFM