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Piel y radioterapia

El tratamiento del cáncer, además de retrasar o interrumpir el crecimiento de las células cancerosas, puede afectar a la piel, el cabello y las uñas del paciente. La piel será el primer nivel dónde se van a manifestar los efectos adversos (radiodermitis), los cuales dependerán de la dosis de radiación, la frecuencia de la terapia y la parte del cuerpo en donde se concentre la radiación.

Afecciones cutáneas frecuentes

Aproximadamente dos semanas después de comenzar el tratamiento con radiación, podemos notar piel enrojecida, quemada u oscurecida, picazón, peladura, pérdida de cabello en la zona de tratamiento, adelgazamiento o engrosamiento de la piel, dolor o hinchazón del área, sensibilidad o entumecimiento y úlceras cutáneas.

La mayoría de estos síntomas desaparecen después de terminar el tratamiento, pero es posible que la piel se presente más oscura, más seca y más sensible al sol. Además, cuando el pelo vuelva a crecer, puede ser diferente al que se tenía en origen.

Sarpullidos: Tienen la apariencia de acné o de sarampión.

Piel seca (xerosis): Recomendaciones:

  • Usar una crema humectante al menos dos veces al día y en los 15 minutos posteriores a haberse duchado.
  • Evitar productos que irritan la piel, jabones, detergentes y cremas con perfume.
  • Evitar los productos que raspan la piel como esponjas y exfoliantes.
  • Emplear agua tibia para ducharse o bañarse.

Picazón (prurito): Recomendaciones:

  • Evitar los productos perfumados para la piel.
  • Usar cremas con mentol o alcanfor.
  • Si el médico lo considera oportuno, podría ser necesario el uso de antihistamínicos.

Sensibilidad a la luz (fotosensibilidad): Recomendaciones:

  • Usar ropa para proteger del sol.
  • Emplear protector solar, cubrir todo el cuerpo y volver a aplicarlo cada 2 horas.

Cambios en las uñas: Los tratamientos del cáncer pueden hacer que las uñas se levanten, rompan o presenten manchas o estrías claras u oscuras. La cutícula que rodea las uñas también podría inflamarse y tornarse roja y dolorosa. Se recomienda:

  • Recortar las uñas de forma periódica.
  • Evitar manicuras y pedicuras.
  • Usar guantes para la jardinería o la limpieza.
  • Usar aceites o cremas para mantener la suavidad de la piel alrededor de las uñas.
  • Evitar el uso de zapatos demasiado apretados.

 

Cuidado de la piel radiada

  • Lavar la piel suavemente sólo con agua tibia, no frotar y secarla dando palmaditas.
  • No usar jabón, lociones, ungüentos, maquillaje, talcos ni productos perfumados, ya que pueden irritar la piel o interferir con el tratamiento.
  • Si se afeita normalmente el área de tratamiento, sólo usar maquinilla eléctrica para prevenir los cortes.
  • No rascar, ni frotar la piel.
  • Usar telas sueltas y suaves cerca de la piel, como el algodón. Evitar la ropa ajustada y las telas ásperas, como la lana.
  • No usar vendajes ni cinta adhesiva en la zona.
  • No usar almohadillas térmicas ni compresas de hielo sobre la piel.
  • No nadar en piscinas, agua salada, lagos ni estanques.
  • Mantener el área de tratamiento fuera de la luz directa del sol mientras se somete a la terapia y durante un año después de que el tratamiento termine.

Debido a las características especiales de este tipo de piel, es muy importante su cuidado e higiene con productos emolientes, suavizantes, hidratantes y protectores para recuperar el estado y la función normal de la piel. Se recomienda que el pH sea adecuado para la piel, pH=5,5 y evitar los perfumes y colorantes.

2 comentarios

31 Octubre, 2018 a las 1:04 am
COFM
31 Octubre, 2018 a las 1:40 pm

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