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No traslades bacterias, utiliza tuppers seguros

De la nevera al trabajo y del comedor de la oficina a casa. Todos los días miles de personas trasladan pasta, pollo, verduras o pescado, pero también salmonella, E. coli y otros tipos de bacterias, en los llamados tupper, esos recipientes de plástico inventados por Earl Tupper en los años 30 del siglo pasado y que en España, según indica la RAE, deberíamos denominar fiambrera o tartera.

Los tuppers o fiambreras se han popularizado debido al nuevo ritmo y estilo de vida de nuestra sociedad que obligan a una gran mayoría de ciudadanos a comer en el trabajo, especialmente en las grandes ciudades. Aunque “comer de tupper” puede ser tan saludable como hacerlo en casa, hay que tomar ciertas precauciones para evitar la proliferación de bacterias que pasan, fundamentalmente, por cocinar insuficientemente los alimentos o no conservarlos en la nevera.

Con el objetivo de garantizar la seguridad y prevenir posibles infecciones alimentarias, la Dirección General de Salud Pública, dependiente de la Consejería de Sanidad de Madrid, ha puesto en marcha una campaña informativa sobre el uso seguro de tarteras o fiambreras. Esta iniciativa contempla editar 6.000 folletos que se distribuirán por ayuntamientos, colegios y Servicios de Salud Pública de la región.

La campaña destaca las pautas a seguir para manipular correctamente los alimentos transportados en tarteras, empezando por cocinar suficientemente las comidas, de modo que alcancen 70ªC, tras lo cual es conveniente enfriar rápidamente y meter en la nevera. Al margen de la preparación, los expertos recomiendan utilizar preferentemente hidratos de carbono y platos de verdura, alimentos que consideran que son más seguros para transportar. Por el contrario, señalan el huevo crudo o poco cocinado, la nata y la carne picada como los alimentos que hay que evitar por su extrema peligrosidad. También advierten sobre la conveniencia de no incluir comida que lleve hecha más de 2 días, salvo que estuviera conservada en congelación.

Asimismo, esta iniciativa enumera una serie de recomendaciones sobre el tipo de envases a utilizar, que deben de estar identificados con el símbolo de la copa y el tenedor o con una mención indicando su idoneidad para estar en contacto con alimentos. Además, hay que asegurarse de que estos recipientes plásticos especifiquen que son aptos para meter en el microondas.

Señalados los posibles problemas, también hay que citar la ventaja que aporta la elaboración de menús variados y saludables para consumir en el trabajo, siempre y cuando se preparen adecuadamente y se garantice la refrigeración de los alimentos que se han de trasladar.

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