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La neumonía, una amenaza activa todo el año

Pensamos que la neumonía es una enfermedad exclusiva del invierno, pero no es así. Esta patología se puede manifestar en cualquier estación del año. Esto es debido a que el agente infeccioso que la provoca tiene la capacidad de permanecer inactivo en las vías respiratorias de una persona y luego activarse cuando el sistema inmune se encuentra más débil, independientemente de la época del año.

En España, 14 de cada 1.000 personas padecen una neumonía al año y más de un 20% requieren tratamiento hospitalario. Se estima que el 5% de todas las personas que reciben tratamiento en un hospital padecen neumonía.  Se trata de un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones y es especialmente frecuente en ancianos, niños, personas inmunodeprimidas y pacientes con patologías crónicas como una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cardiopatía crónica, insuficiencia renal, cáncer, cirrosis hepática y diabetes.

Los neumólogos afirman que la mejor medida de prevención de la neumonía es la nutrición, ya que tener un organismo con buenas defensas ayuda a combatir cualquier patología.  Estudios de NEUMOMADRID indican que esta enfermedad está en aumento en nuestro país.  Se calcula que la incidencia anual de neumonía entre la población española mayor de 14 años es de 1,6-2,6 episodios por cada 1.000 habitantes, acentuándose aún más en la población menor de 5 años y mayor de 65, donde la incidencia se sitúa en 25-35 casos por cada 1.000 habitantes al año.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los 50 millones y medio de muertes que se produjeron en 1990 en todo el mundo, más de 4 millones se atribuyeron a neumonías, y se estima que en 2020, de las más de 68 millones de muertes anuales predecibles, casi 12 millones serán por causas respiratorias.

La neumonía es una enfermedad infecciosa frecuente y potencialmente grave, con una elevada morbimortalidad a pesar de los continuos y relevantes avances diagnósticos-terapéuticos. Esta patología se origina por una reacción inflamatoria de los alveolos pulmonares, causada a su vez por agentes infecciosos como virus, hongos o bacterias. Se transmite generalmente por contacto directo con personas infectadas.

Se debe acudir al médico cuando se tiene fiebre elevada, tos, dolor torácico y la sensación de falta de aire, que son los síntomas más característicos de esta enfermedad.

Sin duda, el mejor método de prevención es la vacunación. Para ello, se dispone de la vacuna antigripal recomendada cada temporada para personas mayores de 65 años, pacientes con enfermedades crónicas, pacientes inmunodeprimidos, personal sanitario y personal cuidador de sujetos en grupo de riesgo. Cabe destacar la vacuna antineumocócica para proteger frente a Streptococcus pnemoniae, el microorganismo que con mayor frecuencia provoca una neumonía.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios recuerda la importancia de notificar todas las sospechas de reacciones adversas al Centro Autonómico de Farmacovigilancia correspondiente del Sistema Español de Farmacovigilancia, pudiéndose notificar también a través del formulario electrónico disponible en la web ‘www.notifcaRAM.es’.

Cuando el médico es alertado de estos síntomas de la neumonía y sospecha que el paciente puede padecerla, realizará una radiografía del tórax del enfermo y, en caso de considerarlo necesario, un análisis de sangre. Quienes sufran una neumonía más fuerte necesitarán hospitalización y  antibióticos intravenosos.

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