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Lunares bajo sospecha

A pesar de las numerosas campañas para prevenir el melanoma, su incidencia no ha dejado de crecer de forma preocupante en los últimos años. Está claro que la población sigue sin estar concienciada de la importancia de la prevención de este tipo de cáncer de piel y los factores de riesgo que acarrea para la salud. En España, dos de cada 100.000 habitantes padecen esta patología y su incidencia crece en torno a un 7% cada año.

El melanoma es un tumor maligno de la piel muy agresivo, que si no se detecta a tiempo se complica su cura. Los casos más graves afectan a personas mayores de 50 años, aunque su incidencia es muy alta en menores de 30 y es el cáncer más frecuente en el grupo de edad entre los 25 y 29 años.

¿Cómo detectarlo? Cuando en un corto periodo de tiempo observamos que nos sale en la piel un lunar, similar a una mancha marrón o negra, y que va cambiando tanto de color, como de forma o tamaño, tenemos que ponernos en alerta. Lo que hay que tener claro es que, ante cualquier sospecha sobre un lunar, se debe acudir de inmediato al dermatólogo para hacerse una revisión.

Como otros muchos tumores, el cáncer de piel, puede afectar a personas de cualquier edad, aunque resulte más frecuente en mayores de 55 años, sobre todo si se tienen factores de riesgo (historia familiar de cáncer cutáneo, historia de una exposición solar intensa, piel muy clara, etc.). También los niños y jóvenes pueden padecer cáncer de piel, debido a una exposición solar intensa y a la utilización de cabinas de rayos UVA.

La piel tiene memoria. De ahí que, si hemos padecido alguna quemadura solar en la infancia o en algún momento de nuestras vidas, la probabilidad de padecer un melanoma es mayor. Su aparición se debe, fundamentalmente, a una mayor exposición al sol y a la creciente utilización de métodos artificiales de bronceado. Los expertos aseguran que si se detecta a tiempo este tipo de cáncer se resuelve con seguridad en el 90% de los casos, sin necesidad de ser tratado con radio ni quimioterapia. Con una simple extirpación quirúrgica sería suficiente.

Sería conveniente que con la llegada del verano se empiecen a adoptar hábitos saludables antes de exponernos al sol, para que no le pase factura a nuestra piel. Aunque esto lo tendríamos que hacer durante todo el año, es conveniente que en la época estival insistamos más en ello.

Unas pautas básicas serían suficientes para disfrutar del buen tiempo sin que lo lamentemos en el futuro. Entre ellas hay que apuntar la conveniencia de ponernos a la sombra, especialmente, entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde. Además, se recomienda llevar camiseta, gorro y prendas con capacidad de filtrar los rayos solares cuando se realicen actividades al aire libre.

En cuanto a los fotoprotectores (cremas, leches solares…) debemos saber en primer lugar cuál es nuestro tipo de piel para luego exponernos al sol. También hay que aplicar correctamente el protector y extender una cantidad generosa por todas las zonas del cuerpo, renovando la aplicación cada 2 horas, especialmente después de cada baño.

Para llamar la atención sobre esta afección, este año, la Academia Española de Dermatología, durante su participación en la campaña europea Euromelanoma 2014, ha centrado su objetivo en concienciar a la población sobre la importancia de la prevención del cáncer de piel a través del diagnóstico precoz y el desarrollo de hábitos de vida saludables, haciendo partícipes de la misma a los farmacéuticos como agentes sanitarios y educadores de la población.

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