Los políticos franceses sí creen en su farmacia

Quizás sea el modelo más parecido al español, por lo que supone en términos de accesibilidad y atención a la población y el sistema de salud en su conjunto. Lo que no hay duda es que el Gobierno galo sí cuenta con sus farmacéuticos y está dispuesto a pasar de las palabras a los hechos para abrir nuevos caminos profesionales a la farmacia y garantizar la sostenibilidad de su red de farmacias.

La reciente intervención de la ministra de Salud en la Asamblea Francesa revela los avances que están consiguiendo nuestros vecinos, que ya lograron cambiar el modelo de remuneración de la farmacia por un sistema mixto sin perder nada por el camino.

En abril está previsto que los farmacéuticos comiencen a dispensar tratamientos bajo protocolo. En un principio, se comenzará con dos patologías, cistitis y dolor de garganta agudo en adultos.

Es un paso más en la dirección correcta porque permite ganar al farmacéutico más protagonismo asistencial, como sucede con la vacunación contra la gripe en farmacias, generalizada desde octubre una vez comprobados sus buenos resultados.

Otras iniciativas destacadas son el lanzamiento previsto de test rápidos de diagnóstico en la farmacia, en este caso de la angina bacteriana.

No es extraño. Las autoridades sanitarias solo están explotando a su favor uno de los recursos sanitarios más estratégico y menos utilizado hasta la fecha para el sistema de salud, la sociedad y su política territorial, también afectada por el fenómeno de la despoblación rural. Lo ha dicho claramente la ministra francesa: “Calculamos que ahorraremos cerca de seis millones de consultas médicas, equivalentes a 1.200 médicos de familia adicionales”.

En España, sigue pendiente esta reflexión y este impulso político decidido de nuestra red de oficinas farmacias, más allá de las declaraciones rimbombantes con las que, regularmente, nos regalan los oídos.