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La lucha contra los falsificados comienza en la Farmacia

Comprar medicamentos en Internet fuera del único canal autorizado es lo más parecido a jugar a la ruleta rusa. En el mejor de los casos, resulta inocuo y lo único que pierdes por el camino es el dinero apostado, además de la oportunidad de iniciar un tratamiento con garantías. Y, en el peor, lo que recibes a domicilio, sin ningún control, son sustancias adulteradas e ilegales que pueden acabar provocando un daño irreversible en tu salud.

Lo contaba Javier Molinera, inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía, en una reciente jornada organizada en el COFM. A quien se hincha en los gimnasios con anabolizantes no le han explicado la letra pequeña. Muy pronto, advertía el jefe de la sección de Consumo, Medio Ambiente y Dopaje, necesitará también comprar Viagra, porque la disfunción eréctil es uno de los efectos secundarios menos graves de estos esteroides, relacionados también con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, tumores hepáticos o infecciones virales.

Está claro que el comprador es el eslabón más vulnerable, porque no tiene posibilidad de distinguir un medicamento auténtico de una falsificación fuera del canal legal de distribución y dispensación farmacéutica.

Internet es, desde luego, el mercado de referencia, pero no el único, en el que se puede adquirir cualquier cosa y donde se trafica ilegalmente con medicamentos por un valor de 1.400 millones de euros al año solo en España, según calcula la Policía, entre potenciadores de la función sexual o de la masa muscular, psicoestimulantes, suplementos y complementos vitamínicos, adelgazantes, abortivos, analgésicos o antibióticos, entre otros fármacos intervenidos en 2016.

Los farmacéuticos tenemos mucho que decir en este terreno para minimizar los riesgos potenciales y erigirnos en los únicos profesionales garantes de que lo que estás comprando es, en efecto, lo que dice el envase y que, además, está indicado para tratar una determinada dolencia.

Es un mensaje que debe calar en la sociedad y, sobre todo, entre los más jóvenes. Pensamos que es también nuestra responsabilidad y, dentro de este compromiso, el Colegio va a promover una campaña de información junto con las autoridades sanitarias para alertar de los riesgos y reivindicar la figura del farmacéutico y la farmacia como únicos garantes en la compra de medicamentos en Internet.

Sabemos que no se pueden poner puertas al campo en la web, pero sí podemos estar presentes de forma activa en Internet. Jugamos un papel muy importante para que no lleguen medicamentos falsificados a los pacientes y es una tarea de todos hacernos valer como únicos profesionales autorizados y preparados para aconsejar en la compra de medicamentos en este canal y evitar engaños y estafas que están pasando una factura muy gravosa también en salud.

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