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Intoxicación por Plomo, un riesgo del que aún no estamos exentos

Del 24 al 30 de octubre de 2021 tiene lugar la Semana Internacional de la Prevención del Envenenamiento por Plomo, centrada esta vez en la necesidad de la eliminación de la pintura con plomo, que sigue estando permitida en más del 55% de los países.

El plomo es un metal que se utilizó de forma habitual en edificación desde 1950 a 1980, como material de fontanería, en tejados y en emplomados de cristales de ventanas (vidrieras) contaminando el aire, la tierra, los alimentos y el agua debido a la corrosión de las tuberías. En instalaciones de nueva construcción, están prohibidas las tuberías de plomo con motivo de la alteración que producen en la potabilidad del agua. El plomo también se ha estado usando en las pinturas, gasolina, baterías, soldaduras, esmaltes con plomo en alfarería, etc.

Se denomina saturnismo, plumbosis o plombemia al envenenamiento que produce el plomo cuando entra en el cuerpo humano. Se denomina así debido a que, en la antigüedad, los alquimistas llamaban “saturno” a dicho elemento químico. La mayoría de las personas con una intoxicación leve por plomo no presentan síntomas. La intoxicación por plomo ocurre cuando se acumula en el organismo, a menudo durante meses o años, causando daño sobre todo en el cerebro, los riñones, el hígado, la sangre y el sistema reproductivo.  Niveles muy altos de plomo en la sangre pueden causar cambios del estado anímico, dolores de cabeza, pérdida de sensibilidad, debilidad, sabor metálico en la boca, falta de coordinación al caminar, problemas digestivos y anemia. Si la exposición fue durante un período corto y no intenso, y la fuente de plomo es rápidamente reducida, el daño puede ser limitado y puede haber una recuperación.

Aunque el plomo es perjudicial para todos, los niños, sobre todo bebés y niños menores de 6 años, son los más vulnerables debido a que su sistema nervioso está en desarrollo y absorbe cantidades 4 a 5 veces superiores a los adultos, causándoles un deterioro neurológico, cognitivo y físico. Diversos estudios revelan que los niveles de plomo en sangre mayores a 5 mg/dL están vinculados a una pérdida irreversible de cociente intelectual de 3 a 5 puntos. Por otra parte, la intoxicación por plomo en la niñez también ha sido vinculada en numerosos estudios al comportamiento delictivo de adolescentes y adultos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el plomo también causa daños duraderos en los adultos, aumentando por ejemplo el riesgo de hipertensión arterial y de lesiones renales. Además, en el caso de las embarazadas, la exposición al plomo puede ser causa de aborto natural, muerte fetal, parto prematuro, bajo peso al nacer y provocar malformaciones leves en el feto.

Como medidas de prevención de la exposición a plomo podemos señalar la inspección de tuberías en casas construidas antes de los años 80, y evitar el contacto con pinturas de plomo. Se recomienda lavar las manos antes de ingerir alimentos y evitar el contacto con juguetes antiguos.

Si nuestra vivienda fue construida antes de los años 80, conviene asegurarnos de que no dispone de tuberías de plomo. En el caso de existir tuberías de este material, se deberían sustituir por otras de material autorizado para aguas de consumo. Hasta que se sustituyan las tuberías de plomo, se aconseja seguir las recomendaciones recogidas en el tríptico “El plomo en el agua de consumo” editado por Madrid Salud.

En el caso de trabajadores expuestos a este metal, que trabajan con baterías, realizando renovaciones en el hogar o trabajos en talleres mecánicos, conviene que usen los EPIs (Equipos de Protección Individual) que correspondan para cada trabajo, realizar exámenes periódicos de salud con control analítico específico y retirar del puesto de trabajo, de forma temporal, a las embarazadas.

La intoxicación por plomo se diagnostica realizando una evaluación médica orientada a la búsqueda de los síntomas y un análisis de sangre para cuantificar la concentración de plomo en sangre y así evaluar la exposición. Las radiografías de huesos y abdomen en los niños muestran a menudo indicios de intoxicación por plomo.

El tratamiento consiste en detener la exposición al plomo y, en caso necesario, eliminar el que se ha acumulado en el cuerpo,

 

 

Dra. María Isabel Rodríguez Tejonero

Servicio de Información Técnica del COFM

 

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