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Insomnio: la repetida pesadilla de una noche en vela

“Hay noches que sólo duermo 3 horas pero otras noches ni siquiera eso, me paso las horas en blanco, y me levanto como si no me hubiera acostado”. La dificultad para conciliar el sueño puede convertirse en una pesadilla para quienes pasan la noche en vela y provoca constantes consultas en las farmacias.

El insomnio es la alteración del sueño más común. Se caracteriza por la disminución involuntaria del número de horas de sueño, bien porque tarda en iniciarse, se interrumpe a menudo o deja la sensación de que el sueño no ha sido reparador. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el insomnio como un problema de salud, ya que afecta a cerca del 30 por ciento de la población, del que el 10 por ciento lo padece de manera crónica y casi el 50 por ciento lo sufrirá en algún momento de su vida.

El hecho de que una tercera parte de nuestra vida la pasemos durmiendo, refleja la importancia que tiene el reposo nocturno. El descanso y el sueño son esenciales para la salud y básicos para la calidad de vida, es más, la carencia de sueño resta capacidad de concentración al tiempo que aumenta la irritabilidad. Pero más allá de la somnolencia diurna y la mala calidad de vida, las personas que padecen insomnio presentan mayor riesgo de padecer enfermedades cardiacas, hipertensión, problemas respiratorios o gastrointestinales, entre otras afecciones.

Existen distintos tipos de insomnio, dependiendo de la duración del mismo: transitorio, si dura unos pocos días, y corta duración, si llega a las 4 semanas; cuando supera este periodo será considerado de larga duración. También varia la clasificación del insomnio en función de cómo se produzca: inicial, si se tarda en conciliar el sueño, medio, si se sufren numerosos despertares, y terminal, si el individuo duerme bien, pero despierta antes de tiempo.

Sin duda, el ritmo de vida de la sociedad actual origina situaciones de estrés, que junto al consumo de sustancias estimulantes como el café y la nicotina, pueden modificar el patrón del sueño, especialmente a las mujeres, que se ven afectadas en mayor proporción que los hombres. No obstante, hay que valorar que el insomnio puede tener su origen en múltiples causas. Por eso será importante conocer su etiología, ya que ella permitirá determinar si es suficiente con corregir malos hábitos o si es necesario aconsejar un tratamiento acorde al tipo de insomnio que experimenta el paciente.

Ante cualquier consulta sobre insomnio, el farmacéutico tiene un papel fundamental como educador en salud, recomendando medidas higiénico-dietéticas que ayuden a paliar el problema a corto y medio plazo y, en caso de ser necesario, derivar al paciente al médico para que le diagnostique y prescriba el tratamiento farmacológico adecuado.

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