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Hernia de hiato

La hernia de hiato se produce cuando la porción superior del estómago asciende hacia el tórax a través de una pequeña abertura (hiato diafragmático) que existe en el diafragma (músculo que separa el tórax del abdomen). Esto hace que el contenido gástrico pueda pasar con facilidad al esófago provocando su irritación.

Causas: envejecimiento (más frecuente en mayores de 50 años), obesidad, cirugías, tabaquismo, tos crónica, estreñimiento, levantar objetos pesados y estrés, entre otras.

Síntomas: suelen ser hernias pequeñas que no producen síntomas importantes. La enfermedad se complica cuando aparece el reflujo gastroesofágico y surgen las siguientes complicaciones:

  • Ardor (pirosis): el contenido ácido irrita las paredes del esófago, provocando molestias en la boca del estómago. Generalmente se agrava tras las comidas y al acostarse.
  • Dolor de pecho: se puede sentir más el dolor en la zona torácica que en la abdominal.
  • Dificultad a la hora de tragar: a consecuencia de la irritación de las paredes del esófago.
  • Regurgitación y eructos: puede aparecer mal sabor de boca, mal aliento, debido al contenido que refluye hasta la boca, y aparición de eructos tras las comidas.
  • Síntomas respiratorios: afonía, tos o carraspera a causa de la irritación de la laringe.

Diagnóstico: PHmetría, radiografía del aparato digestivo superior, endoscopia digestiva o manometría esofágica.

Medidas higiénico-sanitarias: existen determinados hábitos o recomendaciones dietéticas que pueden paliar los síntomas provocados por el reflujo:

  • Consumir varias comidas pequeñas durante el día en lugar de pocas comidas abundantes. Comer lentamente, masticar bien e intentar cenar dos o tres horas antes de la hora de dormir, evitando recostarse después de comer. Puede ayudarnos a conciliar el sueño tener una inclinación en la cama, de forma que la cabecera esté unos 20 cm más alta que los pies, utilizar una almohada alta y más bien dura.
  • Evitar alimentos ácidos y que irriten la mucosa: fritos, rebozados, picantes, especias, cítricos, salsas, ajo, cebolla, pimiento, chocolate, café, té y bebidas carbonatadas, entre otros. Por otro lado, puede ser beneficiosa la ingesta de infusiones suaves, frutas no cítricas y maduras, verduras no flatulentas, queso fresco, carnes magras y pescado.
  • No fumar ni ingerir alcohol, ya que disminuyen el tono del esfínter esofágico inferior, favoreciendo el reflujo.
  • Mantener un peso saludable: las personas obesas deben intentar bajar de peso para disminuir la sobrepresión en el estómago y el diafragma.
  • Evitar levantar objetos muy pesados sin ayuda, ya que estos esfuerzos pueden ser desencadenantes de las hernias.
  • Las técnicas de relajación pueden ayudar a controlar los síntomas, en caso de que la hernia esté relacionada con el estrés.

Tratamiento: antiácidos que neutralizan el ácido estomacal (bicarbonato, sales de calcio, magnesio o aluminio), medicamentos para disminuir la producción de ácido, como los «bloqueantes de los receptores H2» (cimetidina, famotidina o ranitidina) e «inhibidores de la bomba de protones» (omeprazol), y medicamentos procinéticos (metoclopramida, domperidona). En algunos casos es necesario recurrir a la cirugía.

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