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¿Tienes claro cuál es tu fotoprotector?

¿Quién usa el fotoprotector todo el año? Seguramente que nadie. Es un grave error que cometemos todos.  El sol no aparece solo cuando nos vamos a la playa o cuando esquiamos, sino que luce todos los días del año, con mayor o menor intensidad. Por eso hay que protegerse de él cada día, sea cual sea la estación en la que nos encontremos.

Según  los datos de dos estudios realizados por la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), el 65% de los jóvenes de entre 8 y 12 años se ha quemado en el último año y, de ellos, solo el 39%  utilizó un fotoprotector para protegerse.

Sobre los hábitos de protección solar de los jóvenes, Agustín Buendía, profesor de Dermatología de la Universidad de Granada y miembro de la AEDV, explicó durante la presentación de la campaña Euromelanoma 2015 que “es importante recalcar a la gente que no es suficiente solo con usar un protector solar sino que hay que usarlo bien, aplicar la cantidad necesaria y reaplicarlo cada dos horas”.

El principal objetivo de esta campaña es informar y concienciar a la población, a través del dermatólogo, el farmacéutico y el médico de Atención Primaria, de la importancia de protegerse convenientemente de las radiaciones solares y de la magnitud del problema de salud pública que supone el cáncer de piel.

Uno de los aspectos que debemos conocer en todo momento es cuál es el Factor de Protección Solar (FPS) que necesitamos, ya que varía según nuestro tipo de piel.

En el caso de las personas de piel negra o marrón oscuro, que nunca o difícilmente se quema, pueden usar un FPS entre 6 y 15. Si se trata de una piel morena que se quema muy poco o moderadamente puede usar un FPS entre 15 y 30. Y la piel que necesita una mayor protección frente a los rayos solares es la blanca o muy blanca, que se quema con facilidad y nunca se broncea o se broncea muy poquito. En este caso se debe usar un FPS entre 40 y 50.

Cada tipo de piel necesita un filtro solar distinto y el FPS indica el tiempo que se puede permanecer al sol sin riesgo de quemadura. Cuanto mayor sea el Factor de Protección Solar, más alta será la protección frente al sol. Hay que tener en cuenta que el FPS no tiene en cuenta ciertas variables: si nos damos un baño, si sudamos o si tenemos la piel grasa, parte del producto se pierde; por ello, se aconseja aplicar protector solar cada dos horas.

También hay personas que tienen una piel muy delicada o atópica y que cuando usan protectores solares aparecen picores, tiranteces y granitos. Cuando esto ocurre, puede ser porque algún componente que se usa para formular el protector solar está provocando alergia a esa piel. Por tanto, hay que fijarse en los envases de los protectores solares que especifiquen “hipoalergénicos”, “especial contra alergias” o “especiales para pieles atópicas”. Lo que está claro es que si no se usa el producto específico para alergias solares es muy necesario que se utilice un protector solar con un FPS alto y a poder ser protección total. 

En el caso de aparecer cualquier tipo de reacción a productos adquiridos en la farmacia, lo mejor será acudir a tu farmacéutico para que realice una valoración de la lesión de la piel, y valore si es necesario realizar un seguimiento de cosmetovigilancia y reportar a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios cualquier anomalía en la piel que provoque dicho producto.

En los últimos años, ha mejorado muchísimo el comportamiento de la población, en general, frente al sol, pero los expertos insisten en que todavía es necesario mejorar el conocimiento sobre hábitos correctos de exposición solar y sobre el uso del fotoprotector adecuado para cada tipo de piel a través de campañas sanitarias que incidan en un comportamiento responsable, permitiendo aprovechar los beneficios del sol de manera saludable.

Un comentario

Alergia al Sol
12 Agosto, 2016 a las 6:37 pm

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